LÍNEA PSICODINÁMICA XXX. LA REGLA DE LOS DOS MINUTOS. DI ADIÓS A LA PROCRASTINACIÓN
LA REGLA DE LOS DOS MINUTOS. DI ADIÓS A LA PROCRASTINACIÓN
Por Beatriz Santos Dieguez
La procrastinación
es un problema de mala regularización y pésima organización del tiempo.
Ello repercute en la vida diaria, en nuestras relaciones, en
el trabajo, y en general, en todas las áreas de nuestra
vida.
Este post es interesante para quienes sienten que pueden
estar aquejados del tipo de Procrastinación
crónica de la que hablamos en el anterior post.
En ocasiones, posponer una tarea puede ser productivo (procrastinar
eventualmente) para rendir convenientemente. Cuando nuestro estado de ánimo no
es el mejor, realizar un descanso es necesario.
En un mundo donde pasamos de una tarea a otra sin
interrupción, el hecho de dedicar 20 minutos diarios a no hacer nada, a meditar, o simplemente estar en contacto con la naturaleza, te va a permitir reflexionar y realizar acciones(
encontrar respuestas) de forma más eficiente. A esto se le llama pereza productiva, la cual puede
contribuir a motivarnos a encontrar
mejores formas de hacer las cosas.
Por tanto, si te sientes cansado o deprimido porque no te
sale lo mejor de ti, ACEPTALO y utilízalo positivamente, meditando, o
simplemente no haciendo nada. Descansa,
medita, holgazanea…
El problema surge, cuando
procrastinar se convierte en un hábito, y continuamente sustituimos la actividad a realizar por
otra u otras más gratificantes en el momento.
Pues bien, de esto trata el post hoy, de sustituir un hábito que nos perjudica por
otro que nos beneficia.
La Regla de los dos minutos
Surge en el ámbito de
la empresa, pero es aplicable a la vida diaria. Su padre, David
Allen, es el creador de Getting
Things Done ((GTD), un método de productividad personal que deja muchas enseñanzas referidas a la
gestión del tiempo.
La Regla de los Dos
minutos funciona tanto para las grandes metas como para las pequeñas. Ello
es debido a la misma inercia de la vida: una
vez que comenzamos a hacer algo es más fácil continuar haciéndolo.
La mayor parte de las tareas que posponemos (procrastinamos)
no son en realidad difíciles de hacer, todos tenemos habilidades para llevarlas
a cabo, simplemente EVITAMOS, iniciarlas
por diversas razones (cada uno que ponga las suyas).
¿Quieres crearte el hábito de tener ordenada tu casa?
Comienza colocando tu mesa de escritorio (regla de los dos minutos), sin darte
cuenta apenas tendrás tu cuarto en orden y el resto de tu casa.
¿Quieres encontrar trabajo? Comienza poniéndote delante del
ordenador y haz tu CV. Cuando te des
cuenta, el CV estará completo y enviado.
El Objetivo de la Regla de los Dos minutos es que dejes de pensar en recordar lo que hay que hacer y simplemente lo hagas.
Funciona muy bien para las personas que consideran que disfrutar del camino es tan importante, o
más, que la meta.
Es un enfoque que consiste en actuar y dejar que las cosas fluyan a partir de ello.
La Regla de los Dos minutos tiene dos principios básicos, diferentes
pero complementarios.
Principio 1: Si alguna tarea te toma dos minutos o
menos, entonces hazlo ahora. Siguiendo esta
regla vencerás el miedo o la pereza de realizar tareas sencillas: si algo se deja para después siempre, se vuelve
más difícil.
Son muchas las cosas que se postergan y podemos hacerlas en dos minutos. En casa, por ejemplo, lavar los platos
inmediatamente después de comer, sacar la basura, recoger la ropa que está
tirada y llevarla a la cesta de la ropa
sucia, hacer la lista de la compra. En
el trabajo, contestar a correos, devolver o hacer llamadas telefónicas,
confirmar citas etc.…
Principio 2: Al iniciar un nuevo hábito, este debe
tomar menos de dos minutos para hacerlo.
No todas nuestras metas pueden alcanzarse en menos de dos
minutos, pero este es el propósito
detrás de esta regla que funciona para cualquier objetivo porque se adapta
a la física de la vida real: todas las
cosas buenas ocurren cada vez que las iniciamos.
Utilizando esta regla para construir nuevos hábitos, dividimos dicha rutina o procedimiento en
pequeñas tareas lo cual va a contribuir a no
estar exclusivamente pendientes de los resultados a alcanzar, sino también al proceso que hay que seguir para la consecución de los mismos.
La parte más importante del nuevo hábito es iniciar (no solo la primera vez, sino cada vez). Se trata de consistentemente tomar acción.
Iniciar es más importante que triunfar
Esto es especialmente cierto en el comienzo porque habrá mucho tiempo para mejorar tu desempeño
en el futuro.
POST CRONOLÓGICOS SOBRE LA LÍNEA TEMÁTICA:
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