MISCELÁNEO XXVII. EL TRIUNFO DEL AMOR
EL TRIUNFO DEL AMOR
Por Beatriz Santos Dieguez
Cambiar para sentirte mejor y permitir que los demás se sientan mejor a nuestro lado
es un verdadero triunfo y el mayor acto de valentía y amor que existe.
El cambio es un proceso lento y, la mayoría de las veces,
doloroso, pero necesario en muchas ocasiones porque de él depende nuestro
presente y el presente es el encargado de facilitar nuestro futuro.
El mayor triunfo que un ser humano puede experimentar es permitirse
llegar a su ESENCIA, a ser lo que es.
Ello, la mayoría de las veces es un camino rocoso y
escarpado que precisa de material especializado.
Así como el escalador necesita arneses, cuerdas y cintas,
mosquetones, aseguradores y descensores, casco, rocódromo, clavos, fisureros,
zapatillas de escalada pie de gato, etc., llegar
a nuestro ser requiere de cierta pericia que implica ciertas actitudes. Actitudes y emociones como la valentía y
el amor.
La valentía es el
mecanismo que nos induce a realizar determinadas hazañas.
El amor es el
motor que permite que la valentía se ponga en marcha. El primer amor, es el amor a sí mismo, que no es egoísmo, sino aceptación.
El dolor forma parte de la vida, el sufrimiento
es una opción.
Aceptando y
aprendiendo de nuestros errores subimos
montañas con nuestros pies de gato (zapatillas), sabiendo que
el ascenso implica riesgos y esfuerzo,
pero que una vez lleguemos a la cumbre la sensación de plenitud superará al
dolor.
Cuando no aceptamos
olvidamos el equipo básico, de lo cual vamos culpando al resto de escaladores,
poniendo en peligro tanto su ascenso como el nuestro, que al final se convierte
en un dolor perpetuo, en sufrimiento.
Y esto es el
sufrimiento, las partes que no aceptamos de nosotros, que taponamos.
Descubrir aceptando
que solo
nosotros somos responsables de nuestra vida y nuestro destino puede,
durante un tiempo, estar plagado de DOLOR, pero este dolor es el único que
nos va a permitir renacer, porque es
el que nos va a facilitar dar un giro a nuestra
vida, que no será un simulacro ni un impostar lo que no somos, sino que nos va
a permitir sacar fuera esa otra parte nuestra: la esencia.
Todos nosotros, en esencia, hemos venido a ser felices,
discurriendo en muchas ocasiones por senderos equivocados que nos apartan de la
misma. Si nos damos cuenta que hemos de volver, cambiar de camino, volvemos a
la base.
Solo el Amor, en principio a nosotros mismos con nuestras
debilidades y equivocaciones, nos llevará a la aceptación de los demás con las
suyas, nos facilitará la compresión poniéndonos en el lugar del otro.
La vida solo es posible a base de amor, porque este nos hace
fuertes y valientes.
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