MISCELÁNEO LVIII (58). HISTORIA Y EMOCIÓN. INTRODUCCIÓN A LA RABIA
HISTORIA Y EMOCIÓN. INTRODUCCIÓN A LA RABIA
Por Beatriz Santos Dieguez
Vivir
es confeccionar, hacer, realizar, pero también es parar y en esa parada
necesaria, reflexionar. Si no
paramos por la intrepidez que los sucesos nos suscitan, es la vida quien se
encarga de hacerlo. ¿Estamos en uno de
esos momentos ahora? El tiempo se encargará de informarnos o informar a
quien esté dispuesto a escuchar.
Historias dentro de una historia |
Esa historia que cada vida va llenando de sucesos puede compararse a un tejido, en el cual vamos bordando
todo acontecimiento que nos parece importante y también los sucesos que no lo son tanto. Todo va quedando plasmado. Y el bordado, la labor va hacia adelante, pero a veces se atasca, en cuyo caso hemos de hacer un stop, una parada,
reflexionando sobre cómo proceder: seguir
adelante o retroceder.
Porque a veces, es necesario retroceder, deshacer lo hecho y comenzar desde el punto en que lo dejamos.
¿Quién
no ha rectificado alguna vez sobre su forma de ver o actuar en los
acontecimientos?
Se nos dice que errar es
de humanos y rectificar de sabios, y ¿qué de verdad hay en todo esto? La que
cada uno saquemos. Ni más ni menos.
Las
emociones nos permiten vivir una vida plena o nos hacen tomar
rutas diferentes a las que realmente queremos, lo cual va a depender de cómo las gestionemos, de
cómo manejemos nuestro sistema emocional.
Como penetran en todos los
puntos del tejido que componen nuestra historia, es imposible obviarlas,
evitarlas de continúo, porque al final salen por algún sitio, impidiéndonos ver
cómo va quedando realmente nuestra labor y avocando a tomar rutas diferentes a
las que realmente queremos.
Por otra parte si nos
quedamos atascados en ellas nos paralizan,
impidiendo seguir hacia delante o dar marcha atrás. Por tanto, su
gestión adecuada es fundamental para tener una vida plena.
Pasar por la vida sin
emociones, sin darnos cuenta de ellas, es como una paleta de colores sin
colores. Quedarnos en ellas trabados nos convierte en volcanes en continua
erupción que va arrasando todo el terreno sobre el que vierte su lava.
La
Rabia. Es una emoción primaria, una experiencia emocional arcaica.
Es importante averiguar
para qué aparece.
Al igual que el miedo, surge desde la necesidad de defensa,
pero ojo! porque la rabia se puede manifestar desde diferentes ángulos, y ello es importante porque dependiendo del
ángulo vamos a encontrarnos con panoramas diferentes.
Ira/furia |
Cuando la Rabia se desencadena se remueven hormonas (como la adrenalina o noradrenalina) y neurotransmisores (como el cortisol) movilizándonos para la acción; se modifican (alterándose) parámetros como el ritmo cardiaco (aumenta) y la presión sanguínea, generando múltiples sensaciones somáticas como ese nudo en la garganta que hemos tenido alguna vez, o bloqueos en el estómago. Junto a esta transformación, el enfoque racional de la situación se disipa. De ahí la importancia de hacer una buena gestión de la misma.
Hay dos cosa muy
importantes a tener en cuenta en la emoción rabia.
1.- La Rabia es nuestra, es decir, somos
responsables de ella. El otro, los otros, o la situación que la genera son
los que nos hacen consciente de que la padecemos, pero no son culpables, ni
responsables de nuestra rabia. Y
2.-La Rabia nos empuja a
liberar energía.
Por tanto, la manera en que expresamos la rabia es un
indicativo de la gestión que hacemos de ella, a la vez que nos va dando pautas sobre
el seguimiento o modificación de la ruta elegida.
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