MISCELÁNEO XXXIX. SISTEMA EMOCIONAL
SISTEMA EMOCIONAL
Por Beatriz Santos Dieguez
Nunca podríamos entender los sentimientos de otra
persona salvo que hubiésemos sentido
algo similar a lo que está expresando.
De igual manera que poseemos
un sistema circulatorio, un sistema endocrino, un sistema hormonal, un sistema
cardiovascular, un sistema defensivo… poseemos un sistema emocional.
Nuestro Sistema emocional emplea respuestas
emocionales heredadas así como
señales aprendidas en nuestra
experiencia personal por lo que las emociones nos evocan a cada uno.
Expresar las emociones, de
forma que resulte apropiada para el contexto, es una habilidad muy compleja que
integra tanto la biología como la cultura.
La
cultura nos entrena para ocultar la cara de las emociones, o bien, para
expresarlas de formas particulares,
lo cual ejerce una gran influencia
sobre como experimentamos y
expresamos nuestras emociones. Ejemplos de ello pueden ser frases como “los hombres no lloran” o “las mujeres deben
ser sumisas”, inocuas aparentemente pero con un mensaje implícito que avoca
a expresar las emociones de diferentes maneras a como son sentidas.
Los
hombres no lloran ni pueden tener miedo, los hombres no pueden estar
tristes. ¿Qué pasa cuando los hombres están tristes pero han estado
oyendo esta frase desde su más tierna infancia? Que la tristeza o el miedo se
expresan en forma de rabia o enfado.
Las
mujeres deben ser sumisas.
Entonces cuando existen motivos de enfado, las mujeres lloran, o se
deprimen, porque su enfado no pueden
expresarlo de acuerdo a la cultura en la que han vivido desde niñas.
Las formas de expresión apropiada de las emociones se aprenden
Sin embargo, a pesar de lo
variada que puede ser la experiencia y el entrenamiento de las diferentes
personas, todos somos muy parecidos en
el fondo. Todos venimos al mundo con el mismo sistema emocional, que nos sirve de base común a la humanidad, sin importar en qué época hayamos nacido.
Debajo de cualquier actitud
en determinada cultura, como puede ser
la humildad japonesa que pretende no llamar la atención, o la descarada
asertividad americana, en todas se encuentra un núcleo común de “humanidad emocional”.
¿Qué es la Humanidad Emocional?
Las emociones se encargan de realizar una primera
evaluación de los sucesos, ayudándonos
a adaptarnos rápidamente al mundo y a resolver los problemas.
Nos ayudan inmensamente a
conducir nuestra vida, ampliando nuestra inteligencia porque aportan
información relacionada tanto con nuestro bienestar y satisfacción como con
nuestro malestar y frustración.
Gracias a las emociones reaccionamos automáticamente a la
compresión que tenemos de distintos
patrones de sonido, visión, olor, y otras señales, que informan sobre las intenciones de otras
personas, de una forma que nos han sido útil como individuos durante años.
Este funcionamiento rápido,
automático, de los aspectos emocionales relacionados con la supervivencia se activa en el cerebro y representó para la
especie una gran ventaja.
De esta manera reaccionamos automáticamente desde nuestro sistema emocional (humanidad
emocional) constituido tanto por las señales heredadas cómo por las señales que
hemos aprendido que son peligrosas.
Pero nuestro Sistema Emocional amerita de una Inteligencia, también emocional.
Inteligencia
emocional implica utilizar nuestras emociones, sentimientos y
estados de ánimo con habilidad, de tal forma que nos ayude a afrontar la vida.
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