MISCELÁNEO LIV (54),. ROBLE, JUNCO Y SECUOYA
ROBLE, JUNCO Y SECUOYA
En Estos días en que la paciencia a veces se
agota, se agota de tanto usarla, la calma resiste, y no porque la paciencia se
deje de agotar, sino porque la calma va entrando en nuestras almas, en nuestros
corazones, como en principio pidió entrar en nuestras casas, nuestros hogares.
Ante el cúmulo de ideas,
de pensamientos, de sensaciones, y emociones que van surgiendo, cada uno va
reaccionando como puede y, como puede es
dentro de cuatro paredes, ya sean de una casa más o menos extensa, de un
hospital o de un lugar de trabajo.
De
todos estos lugares saldremos como el ave Fénix.
Junco |
En los hospitales también hay
personas, que al igual que los sanitarios están dando "el Do de pecho": celadores, personal de limpieza, y todos aquellos que de una u otra
manera están contribuyendo a que éstos estén dotados y tengan todo lo necesario para que pueda funcionar
como se necesita.
Los
enfermos también están en primera línea de fuego. Ellos han
sido los primeros en padecer el ruido sibilino del enemigo silencioso que les ha
atrapado y les tiene recluido en campos de concentración en donde la esperanza
han de buscarla más allá de la propia esperanza, puesto que su evolución va
mostrando al mundo las armas que el enemigo lleva consigo, para de esta manera
poder aprender y salir victoriosos de esta guerra en la que todo el planeta
está implicado.
¿Qué decir de todos aquellos que recorren el país de punta a
punta para procurar que tengamos todo lo necesario en nuestros hogares? ¿Y
del personal de las tiendas y
supermercados, empezando por los reponedores, terminando en los cajeros, y
pasando por todos los demás? ¿De los
conductores de los pocos autobuses, metros y otros servicios públicos que
aún siguen funcionando?
También llenan mi corazón,
y sé que también el vuestro, aquellas personas que contribuyen a que servicios básicos como el agua, la luz,
el gas sigan llegando a nuestras casas, nuestros hogares, y a
aquellos lugares donde se sigue necesitando.
Expansión de la pandemia |
Esos voluntarios que llevan la compra a las personas que no pueden valerse por ellas mismas, o que se
ofrecen para cuidar de esos niños para que sus padres puedan trabajar…
Y nosotros, la gran mayoría, que nos quedamos en
los hogares, cada uno con su panorama particular, con sus problemas
individuales aparte del problema general que a todos nos ha pillado en alguno
de estos lugares nombrados anteriormente, y que seguirá extendiéndose por
partes del planeta, por todo el planeta, en uno u otro momento.
¿Qué
decir de la grandeza que forma y conforma al ser humano?
¿Hay alguien que todavía
dude de ella?
Ahora es el momento de
mostrar nuestra resistencia y fortaleza,
nuestra flexibilidad, y nuestra unión que como seres humanos hemos de ejercer más que
nunca hasta el momento.
Bosque de secuoyas |
Todos estamos adquiriendo
esa magnífica mezcla de roble (fortaleza),
junco (flexibilidad) y secuoya (Unión). Continuemos con ella y
alimentémonos a través de la raíz común como lo hacen los bosques de secuoyas.
Comentarios
Publicar un comentario