LINEA PSICODINÁMICA LV. ¿PROBLEMAS DE LA VIDA O TRASTORNOS MENTALES?
¿PROBLEMAS DE LA VIDA O TRASTORNOS MENTALES?
Por Beatriz Santos Dieguez.
Las enfermedades
mentales están envueltas en una gran variedad de factores sociales y
culturales.
Muchos
problemas de la vida se convierten en trastornos mentales.
Podemos
preguntarnos:
¿Quién
o que hace que los problemas de la vida se conviertan en trastornos mentales?
¿Cómo los problemas de
la vida que tiene la gente han llegado a ser considerados como si fueran
enfermedades, es
decir, como se han convertido en trastornos
mentales?
Responder
a esta cuestión implica una respuesta
compleja y no lineal, debido al entramado de actores y factores implicados
en la misma pregunta.
Es
un proceso bidireccional donde tanto
el paciente como el clínico están involucrados, además de
influir otros factores, donde las
políticas económicas y el momento de la
historia en que la sociedad se encuentra, entran en juego.
Jean
Delumeau al mostrar
las raíces de la necesidad de seguridad
que caracteriza a la sociedad contemporánea y, retratando a esta sociedad
contemporánea traumatizada por las pestes (los virus), las guerras, las
disputas religiosas y la constante inseguridad, hizo una distinción de los miedos en Occidente en miedos espontáneos y miedos dirigidos.
Los
miedos espontáneos (que equivalen a la emoción primaria llamada miedo)
son aquellos que la gente tiene en la
práctica de la vida, sin especial adjudicación a una determinada clase social.
Los miedos dirigidos son los que promueve la cultura dominante, bajo distintas coberturas ideológicas,
desde religiosas a científicas, pasando por las políticas. De esta manera, la
gente llega a tener miedo de cosas como el fin de los tiempos, del demonio, de
las naciones que se rompen…, que no tendría, si no llega a ser por la
información y educación recibidas.
Algo
similar ocurre con la intervención en los trastornos
mentales, respecto a la creciente
medicalización de los problemas de
la vida.
Cuando
se habla del método utilizado en los
trastornos mentales, realmente nos
estamos refiriendo a un eufemismo,
que consiste básicamente en nombrar y moldear la experiencia de la gente, que
trata de dar con las palabras adecuadas para definir un conglomerado de
síntomas, sensaciones, preocupaciones y problemas hasta ese momento indefinido
o incluso desapercibido como condición clínica donde juega un papel fundamental el marketing farmacéutico.
Estamos
en una cultura dirigida, en la que
es fácil considerar que existe un proceso
de construcción de todo. En este “todo” entran los trastornos mentales (al suponerlos como un cuadro clínico con una
categoría diagnostica a imagen y semejanza de una enfermedad médica).
El
Proceso de construcción de los
trastornos mentales puede estar iniciado o bien por una problemática preexistente o bien por
una sensibilización dirigida a la
población general.
Las esquizofrenias salen de esta construcción, al
haberse establecido una convención clínica según la cual el tratamiento de
elección es la medicación antipsicótica (neurolépticos), lo cual implica, ya en
sí mismo, un curso o carrera de enfermedad.
a)
El trastorno por estrés postraumático es
el caso más flagrante de problemática
existente. Fue promovido por un movimiento
de reclamación social por los veteranos
de Vietnam, que buscaba reconocimiento médico para toda una serie de
problemas (hasta ese momento no reconocidos como categoría diagnostica).
Una
vez establecida la categoría diagnostica,
esta ya funcionaria como una entidad
natural que estuviera ahí de toda la vida.
2.-La depresión, el
trastorno de pánico y la fobia social son
la representación de la sensibilización de la población general.
El
hecho de que los problemas mentales
sean una forma construida no implica
que no sean hechos
reales.
La cuestión es como son tratados estos hechos reales.
El
fin de todo lo expuesto, es tratar de poner boca arriba el estado de las cosas,
pudiendo realizar reconstrucciones de tratar los hechos reales como enfermedades mentales
(proveniente, en muchas ocasiones, de que el paciente viene ya informado e
incluso diagnosticado, lo cual puede influir e influye en el parecer y proceder
del clínico), donde los profesionales
se dediquen al acompañamiento del los
pacientes o consultantes en la búsqueda de herramientas que les permitan
lidiar con estos problemas y, sobre todo, con aquellos que una vez finalizada la terapia van a ir surgiendo
en el camino de la vida, de sus vidas, de las vidas de todos.
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