MISCELÁNEO XXXVII. GESTIÓN DE LAS EMOCIONES

GESTIÓN DE LAS EMOCIONES
Por Beatriz Santos Dieguez

Las emociones son el termómetro  de nuestra psique.


Gestión de las emociones


De igual manera que el termómetro nos indica la temperatura  de nuestro cuerpo, las emociones nos muestran cual es la temperatura de nuestro funcionamiento psíquico y de nuestro "estar" en el mundo.

La temperatura corporal es uno de los factores vitales más importantes. Ante cualquier problema físico, ésta es uno de los valores básicos que el médico necesita para saber qué ocurre en nuestro cuerpo.

Gestión de las emociones
Lo normal es tener una temperatura en torno a los 36 grados. Si supera los 37 grados, hablamos de una temperatura corporal alta o fiebre. Si baja de 35 grados estaríamos con problemas de hipotermia.
En contra de lo que pensamos la condición de hipotermia es tan peligrosa o más que una fiebre alta.

Tanto en un caso (fiebre), como en otro (hipotermia) la temperatura es solo un síntoma de que algo está ocurriendo en nuestro cuerpo. Las causas son diversas.
La fiebre nos alerta que en nuestro cuerpo se está desarrollando algún tipo de infección (producida por bacterias, virus u hongos) o inflamación, cambio hormonal, insolación, enfermedades autoinmunes, procesos tumorales, sepsis, etc.



En  el caso de la hipotermia esta puede deberse a: 1) Causas ambientales o externas y o 2) causas sistémicas o patológicas. Dentro de las primeras estarían la exposición a un medio frío, consumo de alcohol y otras  drogas, ingestión de sustancias como medicamentos,  ciertos alimentos, etc.
En las causas sistémicas (del organismo en su conjunto) enfermedades como la diabetes, los problemas circulatorios, los trastornos metabólicos, incluso algunas enfermedades infecciosas (víricas o bacterianas) serian la causa que manifiesta esta bajada de temperatura.

Gestion de las emocionesAunque en principio lo que se procura es subir la temperatura (en el caso de la hipotermia) o bajar la fiebre, encontrar la causa que provocan los síntomas es indispensable para recuperar la salud.

Las Emociones funcionan de manera parecida, por lo que nuestro estado de ánimo y nuestros estar en el mundo va a estar intrínsecamente relacionado con la gestión que hagamos de ellas.


¿QUE SON LAS EMOCIONES?

Gestión de las emociones
Las emociones son reacciones inmediatas del organismo, que se manifiestan súbita y bruscamente,  produciendo cambios orgánicos (fisiológicos y endocrinos) porque involucran a distintas partes del cerebro, distintas partes de las glándulas endocrinas, las hormonas…etc.
La manifestación descontrolada de las emociones o falta o carencia de expresión de las mismas nos está alertando de que algo está funcionando mal en nuestra psique y/o en nuestra afectividad.

Cuando hablamos de manifestación descontrolada nos estamos refiriendo a esos estados que nos causan desazón,  malestar y sufrimiento,  a nosotros, a los otros o a ambos.

Gestión de las emociones
La falta de expresión puede ser debido fundamentalmente  a dos causas: 1) forma parte de la personalidad intrínseca, y en estos casos hablaríamos de las psicopatías, y 2) por bloqueos (represiones, negaciones, incluso por evitación como funcionamiento general) debido fundamentalmente a traumas, ocurridos en la infancia. Estos traumas también pueden haberse producido en la edad adulta.
Su gestión para encontrar un equilibrio es indispensable para sentirnos bien con nosotros, con los demás y con nuestro mundo en general.
Se trata de equilibrarlas.
 Su tramitación en pos del equilibrio es lo que proporcionará a nuestra psique una temperatura comprendida entre los 36 y los 37 grados.
Cuando hablo de este margen simbólico,  lejos de centrarme en el control, estoy refiriéndome a la flexibilidad que cada ser humano requiere (hay personas que su forma de expresar las emociones es ruidosa, otras que tienen un dominio que parece controlado y ello no tiene por qué implicar desequilibrio).


Gestión de las emociones

Nuestro equilibrio emocional va a depender de la gestión que realizamos de las emociones, y para ello conocerlas y dejarlas sentir es tan importante como abrir las compuertas de una represa cuando esta ésta a tope, para impedir tanto el desbordamiento y con ello las inundaciones del terreno adyacente, como la acumulación inadecuada de un agua que acabará corrompiéndose si no le proporcionamos un fluir tranquilo, acompasado y armónico.

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