MISCELÁNEO XXXIV. ESFUERZO YGENEROSIDAD
ESFUERZO Y GENEROSIDAD
Por Beatriz Santos dieguez
“Lo que se siente como
lucha y frustración a menudo es desarrollo de habilidades y crecimiento.
Lo que parece poco
remunerado y sin reconocimiento a menudo es el precio que se tiene que pagar
para descubrir nuestro mejor trabajo.
Es decir, lo que
hacemos diariamente en nuestra vida para superarnos no tiene por qué parecer
grande o impresionante, nos dará la sensación de que estamos fallando.
Me despido del 2018 con
este pensamiento de James Clear encabezando el post , cuya enjundia solo es
comparable con frases que han marcado la
historia del ser humano como tal, y con la esperanza de comenzar un nuevo año
con valores recientes de siempre.
No es como lo dice, sino lo que quiere significar.
En una sociedad en que el
éxito se mide por lo exterior, por lo que tenemos o representamos a los demás, valores como el esfuerzo, la constancia o la generosidad… están
como pasados de moda o alejados de nuestro tiempo en que todo requiere una
ascensión rápida y brillante.
Escatimamos en el
esfuerzo diario de labores que a ojos de nuestra sociedad
resultan improductivos, y buscamos caminos por los que desfilar a la velocidad
del rayo caiga este donde caiga y encima de qué o a quien le caiga.
Rechazamos la frustración,
la apartamos, la negamos sin dejar por un momento que esta repose en nuestro
interior y nos permita darnos cuenta a qué es debida.
Buscamos una felicidad utópica abriendo nuestros brazos
y manos para cogerla al vuelo, proveniente de cualquier lugar menos del de la reflexión que nos lleva a
aceptar nuestro presente tal como es.
La constancia del vivir diario
buscando lo mejor que el día nos trae
queda aparcada, relegada, negada, ante los brillos de aquellos que son
reconocidos o que reconocemos como personajes exitosos que inundan nuestras
pantallas.
La generosidad
como tal no existe porque la hemos borrado o queremos borrarla, y sólo se hacen
las cosas a cambio de algo, de algo que brille ante los demás aunque esto nos
deje en la obscuridad absoluta ante nosotros mismos.
Sin embargo creo, y así transmito que el fallo no está en
nosotros, tal vez tampoco en nuestra sociedad, sino en la interpretación que
hacemos de ella, y creo firmemente que estamos comenzando a retomar valores relegados.
Tengo la firme esperanza
de que el 2019 va a permitirnos comenzar a ser conscientes realmente de
que todos somos importantes unidos y colaborando para una mejor sociedad y para un mejor cuidado del planeta.
Os deseo lo que vosotros,
cada uno de vosotros deseéis, siempre
que vaya acompañado del firme propósito de llevarlo a cabo y de la valoración
del esfuerzo diario por alcanzar vuestros sueños y los sueños de una humanidad
más humana.
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