LÍNEA MISCELÁNEA LXXXIV. EL REFUERZO
EL REFUERZO
Por Beatriz Santos Dieguez
Si al realizar
determinada conducta recibimos un premio o recompensa, parece obvio que hay una
probabilidad muy grande de repetir dicha
conducta.
Detrás de esta obviedad
hay toda una serie de hipótesis, teorías
y corrientes que se debaten a lo largo de
toda la historia de la psicología.
Las tres grandes escuelas
o corrientes psicológicas contemporáneas, que han movilizado el estudio del ser
humano son: el Psicoanálisis, el
Conductismo y la Gestalt, siendo, sin embargo, distinto el objeto principal de estudio en cada una
de ellas, y habiendo muchas más escuelas y/o corrientes dentro de este ámbito
cuyos supuestos e hipótesis han contribuido de manera fundamental al desarrollo
de esta gran disciplina y ciencia.
Como resultado de una
combinación de la aplicación de los ensayos clínicos procedente de los
experimentos y de la clínica procedente de las terapias aplicadas, así como de
otras teorías, dichas escuelas construyen y poseen lo que se conoce como una Metateoria.
La Teoría Conductista toma el comportamiento
observable como objeto central de
estudio en la psicología, afirmando que esta no es una ciencia de la mente, y que cuando aparecen conceptos mentales estos deben ser reemplazados por
conceptos conductuales.
El
Conductismo defiende que la
Psicología es una ciencia del
comportamiento.
El desarrollo del conductismo privilegió algunos enfoques más que
otros. Siendo finalmente el sistema de B.F. SKINNER (1938) el
que llegó a ser dominante desde la década de los años cuarenta del siglo XX hasta los años setenta de ese
mismo siglo (XX), dejando conceptos y
procesos desarrollados en sus experimentos que han sido fundamentales en la
aplicación de disciplinas como la
pedagogía (y su impacto en el aprendizaje)
y la psicología (donde algunos de
sus conceptos son explicativos de determinados procesos como por ejemplo en el
campo de las adicciones).
Dentro del conductismo los dos enfoques
fundamentales son el Condicionamiento
Clásico, y el Condicionamiento
Instrumental u Operante.
El Condicionamiento Instrumental u Operante intenta explicar la conducta en correspondencia con el medio ambiente o los estímulos que la rodean, y ello es posible a través de la Teoría del Reforzamiento elaborada por B.F.Skinner.
El condicionamiento Operante sostiene que una determinada conducta y su consecuencia tienen una conexión que lleva al aprendizaje.
Un Reforzador Positivo es aquel que hace que la conducta sea más fuerte, es decir, son estímulos favorecedores que fortifican (hacen más fuerte) la probabilidad de que aparezca un comportamiento por medio de la adición a algo.
Un ejemplo de ello puede
ser el estudiante que estudia con ahínco y saca buenas notas en una materia,
sigue estudiando y sigue sacando buenas notas en el resto de materias. Su
padre, que sabe que le gusta, le invita con unas entradas para el espectáculo
del “Circo del Sol”. En la siguiente evaluación, el estudiante seguirá
estudiando mucho para volver a sacar buenas notas.
La conducta (o Respuesta) de
estudiar con ahínco ha sido reforzada positivamente con la entrega de las
entradas (tikets) (o estímulo).
Un Reforzador negativo es aquel cuya eliminación refuerza la conducta.
El
comportamiento o respuesta se intensifica por la eliminación de algo.
Veámoslo también con un ejemplo: Me duele la cabeza, me tomo una pastilla y el dolor desaparece. Cada vez que me duele la cabeza, me tomo una pastilla.
El comportamiento o
respuesta (tomar
la pastilla) se intensifica porque me ha eliminado el dolor de cabeza.
Este tipo de refuerzo (negativo) está en la base de las adicciones: siento malestar que
solo desaparece cuando me pongo ante una máquina de juego, o me voy a comprar
compulsivamente, o cojo el móvil y me pongo a chatear, o me chuto un canuto…
Todas estas conductas están siendo reforzadas porque eliminan la respuesta de
malestar (Es lo que se llama gratificación
instantánea).
La Respuesta es un instrumento para la obtención de un reforzamiento.
En el caso de las
adicciones las respuestas de jugar, comprar compulsivamente, estar el día
pegado al móvil o chutarme un canuto están reforzadas porque me eliminan el
malestar (aunque este es un malestar momentáneo que se aparta de la solución adecuada)
Todo comportamiento tiene
como objetivo la adaptación al medio (en el que se desenvuelve). Por tanto:
-Si una determinada
conducta tiene como consecuencia un resultado agradable tendera a repetirse
dicha conducta. Siendo el resultado de dicha conducta lo que actúa como refuerzo.
-Aquellas conductas que
producen resultados desagradables tienden a desaparecer.
Esto es el resultado final
de lo que el Condicionamiento Operante
con su Teoría del refuerzo nos
traslada como hipótesis (que es confimada mediante determinados experimentos,
como el de las palomas por ejemplo), cuya aplicación siguen siendo de gran
importancia y utilidad para el Aprendizaje.
Siendo conscientes de esta
obviedad, a partir de la segunda mitad del siglo XX, aparecen otras escuelas y
corrientes psicológicas exponiendo
conceptos y procesos necesarios, que nos permiten tener una visión más humanista, compleja (que no complicada) y completa que la conducta observable simplemente.
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