LÍNEA MISCELÁNEA LXXIX. MODELADO. DEL CÓMO APRENDEMOS.
MODELADO.
DEL CÓMO APRENDEMOS
Por Beatriz Santos Dieguez
El aprendizaje es un tema fundamental para
entender el desarrollo del ser humano. Ha interesado tanto a la psicología
(fundamentalmente a la psicología evolutiva y
experimental: Teorías del Aprendizaje) como a la pedagogía y otras ramas
de la ciencia.
La cría humana, el bebe recién nacido, es como una pizarra en blanco donde todo se va escribiendo, quedando impreso sin necesidad de borrar para seguir aprendiendo.
Una de las formas básicas de aprender podemos observarla en los niños pequeños al imitar a sus padres, hermanos mayores, profesores y otras personas cercanas (modelos). En dicha imitación se está produciendo una interiorización de las acciones, gestos, etc., que los otros realizan.
Muchos
padres son testigos de cómo la
observación desempeña un papel fundamental que determina como aprenden los niños.
Los niños constantemente están observando cómo las
personas que están a su alrededor se comportan.
Los bebés aprenden con facilidad y rapidez a imitar los gestos más comunes: una sonrisa, una cara seria, el gesto fruncido, etc., lo cual apunta a un componente innato. Esta capacidad de imitar de los bebés es algo que se aprende en las primeras semanas de vida. Pero este sistema innato de aprendizaje del infante debe ser estimulado.
A lo largo del primer año de la vida, el bebé absorbe todo lo que hay a su alrededor: los sonidos que forman parte de la lengua o las lenguas que se hablan en casa, y aunque esta capacidad de aprehensión del universo sonoro lingüístico disminuye a partir del primer año, de manera que a continuación será más difícil hacerse, por ejemplo con fonemas nuevos o incluso percibirlos, otros nuevos aprendizajes comienzan a penetrar en la personita.
Mucho
antes de que comience a hablar con fluidez, y aunque no comprenda mucho de lo
que escucha, parece claro que lo que dicen los padres y otros adultos de su
entorno, así como se lo dicen, afecta a la
habilidad lingüística posterior, y a
su manera de enfocar hechos.
En
la sociedad, los niños están rodeados de muchos modelos que son importantes para ellos y, por tanto, influyentes,
como los padres, los profesores, los hermanos mayores, y cualquier otro adulto
próximo. A través de los medios de
comunicación, como por ejemplo la televisión, la tablet, el teléfono móvil etc., también
aparecen figuras que comportan una influencia en ellos, digna de
imitar.
Todos
estos constituyen MODELOS, que le
proporcionan ejemplos de comportamiento para observar e imitar.
Posteriormente
pueden imitar (copiar) el comportamiento
que han observado, el cual pueden realizarle sin importar si es o no apropiado porque
aun no tienen desarrollada la capacidad crítica.
Hay
una serie de procesos que posibilitan que determinados comportamientos de estos
modelos que les rodean sean más probables de reproducir que otros.
En primer lugar, es más previsible que un niño reconozca e imite a las personas que
percibe como similares a sí mismo, por ejemplo, es más fácil que reproduzca el
comportamiento modelado por personas de
su mismo género.
En segundo lugar, va a influir la manera en que las personas que hay alrededor del niño respondan al comportamiento imitado.
La
conducta ejecutada será reproducida con
más frecuencia si hay aprobación (refuerzo) por parte del un modelo que sea
importante para él o atenuada si el
impacto es negativo.
Si las consecuencias del comportamiento que ha imitado son gratificantes (por ejemplo, una niña
esta meciendo a su muñeco y su papá le dice “que amorosa eres!”), es más
probable que la niña continúe realizándolo que si dicho comportamiento pasa
desapercibido o se reprueba (la misma niña a quien no se le dice nada al
exhibir la misma conducta, o se le dice “no seas pamplinosa”).
En tercer lugar, el infante tendrá en cuenta lo que le sucede al modelo (persona/s
que realizan determinada acción) al decidir si copia o no las acciones de
alguien.
Una persona aprende observando las consecuencias del comportamiento de otra persona (modelo). Por ejemplo, el hermano menor ha observado a su hermano mayor y ve que esta es recompensada por un comportamiento particular, por ejemplo, tener buenas notas (calificaciones). En este caso, la probabilidad de que el comportamiento sea imitado y reproducido aumenta considerablemente.
Aprender, estamos
aprendiendo durante todas las etapas de nuestra vida, siendo los
primeros años, así como la etapa de la adolescencia cuando la persona es
más susceptible a aprender
interiorizando.
A esta forma de aprender por imitación (de modelos) que a la larga acaba convirtiéndose en algo propio se le denomina Aprendizaje Vicario, el cual tiene sus ventajas y sus inconvenientes.
El
Aprendizaje observacional o vicario
no puede ocurrir a menos que los procesos
cognitivos estén en acción. Es decir, los factores mentales
intervienen en el proceso de aprendizaje para determinar si se adquiere
o no una nueva respuesta o conducta.
La ventaja fundamental de este tipo de aprendizaje es que se interioriza
fácilmente.
El inconveniente en la niñez y en la adolescencia (etapa en que los iguales pasan a ser el centro del mundo social del adolescente, relegando de esta manera a las figuras primarias de apego: los padres o tutores) es que el aprendizaje por imitación puede llegar a desvirtuarse conduciendo a conductas erróneas.
En la infancia porque no está formada la
diferenciación entre lo correcto y lo incorrecto, y en la adolescencia porque esta diferenciación está distorsionada.
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