MINDFULNESS CV (105). EL DISEÑO DE NUESTROS PENSAMIENTOS
EL DISEÑO DE NUESTROS PENSAMIENTOS
Por Beatriz Santos Dieguez.
Por Beatriz Santos Dieguez.
Los pensamientos son
como los hilos (de diferentes colores y grosor) que van formando la trama de
nuestra vida. Es fácil cambiar de color o grosor cuando nos damos cuenta que el hilo utilizado chirria con el conjunto
de la labor.
La Atención plena cultiva
la conciencia y la presencia.
En la meditación dejamos a un lado la idea de querer cambiar los
pensamientos.
Observamos
y escuchamos.
Es importante también la Intención de que la quietud que estamos asumiendo con
nuestro cuerpo en la postura pueda ser
acompañada de cierto sosiego y dinámica
interna.
Observamos
atentamente si aparecen pensamientos.
Los
pensamientos tienen:
- Una estructura, que puede ser en forma de imágenes o de diálogos: Lo que piensas ¿aparece
como imagen o como diálogos internos?
-Se desarrollan en lo que
podemos llamar la Línea del tiempo:
nos damos cuenta si tenemos tendencia a ir hacia el pasado (cuando no hace falta); hacia el futuro, cuando no es necesario, o cuando en el momento presente no
aceptamos lo que está sucediendo.
La
mente tiene
dos formas fundamentales de
reaccionar a los pensamientos: el
apego y el rechazo.
Es importante que nos
demos cuenta si nuestra mente se está aferrando, apegando o rechazando. Este
darnos cuenta lo hacemos desde el Observador neutral : el
que observa amablemente, amorosamente, incluso con sentido del humor.
Desde el observador neutral vamos a observar sin
querer cambiar nada, sin juzgar, sin criticar, simplemente aceptando eso que está sucediendo.
Una manera de conseguir
esto, como dicen algunos maestros, es “tomar
nota”: internamente nos decimos “pensamiento de insatisfacción”,
“pensamiento de impaciencia”, “pensamiento de duda”, etc., los observas, y los contemplas con
amabilidad, sin juzgar. Ello nos va a permitir estar atentos a la impermanencia de los pensamientos: Es decir
nos va a permitir darnos cuenta de que todo (incluidos los pensamientos) tiene
un comienzo, un desarrollo y un final.
En la medida en que vamos
sintiendo, experimentando la Impermanencia,
las situaciones de la vida nos van afectando menos, porque cuando nos damos
cuenta que un pensamiento desagradable no va a ser eterno, que en algún momento
desaparecerá, bien transformándose o bien cesando, dejamos de sufrir.
La
Impermanencia nos muestra que tan importante es darnos
cuenta de que lo desagradable no es eterno como de que aquello que es agradable
hay que disfrutarlo en el momento, vivirlo, pero sin aferrarse a ello, sin
apegarse, sin querer hacerlo eterno.
Darnos cuenta de la impermanencia como base de nuestro
estar en el mundo y que influye enormemente en la forma de reaccionar a nuestros pensamientos, es posible transitando estos (los pensamientos).
Transitar
es
entrar en eso que está sucediendo, en este caso
nuestros pensamientos (también de nuestras sensaciones y emociones)
dándonos cuenta en que parte de la línea del tiempo nos encontrarnos (pasado,
presente sin aceptación, futuro), sin rechazarlo (intentando eliminar el pensamiento)
ni apengándonos, siempre desde ese observador neutral, que no juzga ni critica.
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