MINDFULNESS LVI: PRÁCTICA DE LA PACIENCIA
PRÁCTICA DE LA PACIENCIA
La paciencia, actitud ante la vida que permite perseverar y
centrarnos en las cosas importantes del día a día, es una
cualidad que permite a aquellas personas que hacen de ella “un valor”, desarrollar
la sensibilidad suficiente para afrontar las dificultades, conservando la calma
y el equilibrio interior, logrando así, generar paz y armonía a su alrededor.
Dispongámonos a buscar un lugar íntimo, silencioso, para comenzar esta meditación de la
paciencia, sin ser interrumpidos durante el transcurso de la misma.
Adoptemos una posición digna con la espalda recta pero sin tensiones, ya sea
recostados en una superficie sobre la tierra o un colchón, sentados, en una silla o en un banco (es este caso intentamos no
pegar la espalda al respaldo), o en la posición de semiloto sobre un cojín o
almohadón.
Ponemos la intención en realizar un
trabajo serio, con el corazón,
con la disposición del espíritu de cultivar la paciencia.
Intentamos dejar que se presenten
todas las sensaciones interoceptivas, sensoriales
de nuestro cuerpo en las zonas de contacto:
-Sensaciones de temperatura.
-Sensaciones de textura, del contacto de nuestra piel con cualquier
elemento.
-Sensación de presión, de roce con la ropa, con la colchoneta, con
el suelo, con la silla, con el
almohadón…
Intenta observar, darte cuenta, sin reaccionar, sin rechazar, sin apegarte, qué partes de tu cuerpo
quizás están más tensas, más inquietas: tal vez la zona abdominal, la zona de
los hombros, la zona del pecho, quizás la respiración está algo tensa, es superficial…
Simplemente obsérvalo.
Comienza
aceptando estas zonas de mayor inquietud (si es que las hay).
Comienza
también ahora a darte cuenta de que estas respirando.
Comienza a
darte cuenta que el aire ingresa, por las fosas nasales.
Comienza a
prestar atención de este ingreso y del regreso del aire. Inhalando y exhalando: siente las sensaciones a nivel de las fosas
nasales, el paso del aire por la garganta, por el pecho y el abdomen…, y luego
el regreso del mismo.
Siente, conecta con el Sentir.
Date cuenta que es un proceso
natural que sabiamente se va desenvolviendo, se va desarrollando y que podemos acompañar con la conciencia en este
momento… Y cuando la mente se distraiga,
se vaya con algún pensamiento, vuelve a inhalar y exhalar, dejando que la
ley de la naturaleza se manifieste con plena aceptación, humildad y alegría.
Comienza a darte cuenta si han comenzado a
aparecer algunas incomodidades físicas: inquietud, dolor, ardor, picor,
temblor…, o fenómenos desagradables en
la mente, como ansiedad, aburrimiento, prisa por terminar.
Date cuenta que es lo que está ocurriendo a nivel de
cuerpo, mente y espíritu.
Date cuenta,
y si aparece alguna incomodidad, alguna
inquietud interna, tienes la posibilidad de cultivar la paciencia.
Intenta estar atento/a no solo a
lo más intenso, intenta captar lo sutil:
una pequeña vibración en alguna zona, un suave cosquilleo en otra, una temperatura
un poco más tibia en una zona que en otra, una pequeña corriente de aire suave
que pasa por el cuerpo y se va…
Lo sutil va de la mano de lo paciente.
En la medida
que podemos reconocer con más profundidad, más sutilmente aquello que aparece,
vamos a poder desarrollar más paciencia.
Mente conectada, mente aceptando aquello
que aparece.
Mente plena, presente.
Mente paciente.
Aceptemos momentáneamente todo lo que pueda ocurrir. Aceptemos que nuestra mente conecta cada tanto con
pensamientos e imágenes, con ruido mental…
Desarrollemos la paciencia de poder volver cada vez que la mente se
va con un pensamiento, con una ideación, una palabra, una frase, un sonido.
Date cuenta del movimiento de la mente
intentando no pelear, no rechazarlo. Simplemente
estando atento a cada distracción y,
pacientemente vuelve al momento presente, al aquí y al ahora.
Siente la Paciencia, cultiva la paciencia
de querer traer la mente cada vez que
quiera irse.
Desarrolla la paciencia suficiente para
dejar que la arena se la playa por la que vamos paseando se asiente, el agua se
aclare y podamos ver nuestros pies.
Poco a poco
vamos llevando la atención, de nuevo a nuestros apoyos, y comenzamos a mover
dedos de pies, pies, piernas.
Dedos de
manos, manos, brazos.
Nos
estiramos.
Movemos la
cabeza hacia un lado, hacia otro…, y cuando estemos preparados abrimos los
ojos.
Observa como
en este trabajo del cultivo de la paciencia, del re-descubrimiento de nuestra
paciencia interna, innata, hay un factor
que está íntimamente ligado al pensamiento y a la sensación corporal, que
es la emoción. La emoción entendida como
todo movimiento afectivo, todo movimiento interno de la mente hacia el agrado, hacia el
desagrado, y todas las variantes que esto tiene.
Fenómenos internos íntimamente ligados a
los pensamientos y a las sensaciones corporales que nos hacen perder la
paciencia, que nos alejan del centro, que desestabilizan nuestro equilibrio,
nuestra búsqueda de equilibrio.
Comencemos a
darnos cuenta que es parte de nuestra práctica, el darnos cuenta de este
movimiento emocional interno.
Quizás con el
cultivo de la paciencia, de la aceptación, podamos poco a poco comenzar a
darnos cuenta de la profundidad de las emociones, de lo sutil de algunas
emociones. Intentemos observarlo.
POST CRONOLÓGICOS SOBRE LA LÍNEA TEMÁTICA:
Mindfulness XXVIII; Las drogas y sus receptores
Mindfulness XXIX: La auto-aceptación
Mindfulness XXX: Los cannabinoides. Su cara amable
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Mindfulness XXXVIII. Comportamiento adictivo
Mindfulness XXXIX. Nuevas adicciones
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Mindfulness XLII: Adicciones. Los neurotransmisores. La dopamina
MindfulnessXLII. Adicciones: Craving versus síndrome de abstinencia
Mindfulness XLIV. Mindfulness como herramienta de trabajo en las adicciones
MindfulnessXLV. Mindfulness. La Meditación como Proceso
Mindfulness XLVI. Practica: las cuatro tendencias de la mente
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