MINDFULNESS LXXXIV. ABRAZANDO NUESTROS MIEDOS
ABRAZANDO NUESTROS MIEDOS
Por Beatriz Santos Dieguez
Hasta hace no mucho la meditación era concebida como un
enfoque espiritual y filosófico,
incluso se la asoció al movimiento Hippy, surgido en la costa Este de los
Estados Unidos, en los años sesenta del siglo pasado.
Mindfulness (Atención Plena) toma la meditación como
principal componente de su estructura, pero con matices nuevos e integrativos.
Vimos (PostLXXVI: Lo exclusivo) como en Mindfulness confluyen dos corrientes
epistemológicas. Por un lado el Método científico que aparece en el
Renacimiento, Y la Ciencia procedente del Dharma desarrollada varios milenios
atrás, por otro.
Cada día, en nuestras sociedades occidentales, hay más
personas que incorporan la confluencia de estas dos corrientes en ellas mismas, en su mente, en su cuerpo y en su
corazón, dándose cuenta del potencial de cambio que ello produce a todos los
niveles de su Ser.
Hemos de tener en cuenta que el único medio que tenemos para
comprender en profundidad el potencial de este enfoque es integrarlo en la experiencia personal. Para ello, el hábito de la
práctica es fundamental.
A través de Mindfulness vamos adquiriendo un conocimiento de
nosotros mismos que es sanador y transformador a la vez.
Sanador porque
nos proporciona paz. Una paz que nos transforma mediante la
aceptación de lo que somos, porque:
-Meditar no es obligarse a ser feliz, cuando nos sentimos
desdichados: el dolor hay que drenarle.
-Meditar no es reducir la velocidad cuando vamos con prisas:
podemos acelerar desde la calma interior.
-Meditar no es obligar a dejar de emitir juicios cuando los
hacemos, porque al hacerlo, nos juzgamos a nosotros mismo poniendo en
funcionamiento nuestra mente autocrítica.
Meditar es darse cuenta de lo que está sucediendo en cada
momento, y desde ahí, nos deja en total
libertad para que actuemos.
La acción es importante
Existe una tendencia en el principiante de la práctica
meditativa a eludir aquellas imágenes o
diálogos que aparecen y que no comulgan con la imagen o concepto que queremos tener de nosotros mismos.
Esto ocurre porque abrigamos miedos inconscientes, que
pueden estar más o menos enmascarados, que nos llevan a esquivar las preocupaciones
del momento, queriendo evitar sentimientos dolorosos.
El tema es desenmascarar
estos sentimientos desagradables.
¿Cómo? Contemplándolos.
¿Cómo? Familiarizándonos con ellos.
Simplemente, aunque no fácilmente, intentando desarrollar
una nueva manera de ser durante este tipo de experiencias en la que aceptemos que es normal sentirse a
veces angustiados, perdidos o tristes. Ello forma parte de la vivencia humana,
y huir de ellos es como el que corre de
su sombra.
Abrazar y englobar
nuestro miedo, nuestra ansiedad y nuestro dolor en el interior de la intención
plena (Mindfulness), sin apegarnos, es
lo que nos va a permitir la paz, debido, a su vez, a la liberación de la mente en
el sentido de que poco a poco vamos a ir
soltando la deficiente comprensión que poseemos de la naturaleza real del Ser.
En este sentido podemos decir abiertamente que Mindfulness es terapéutico, aunque no
se le pueda designar como una terapia en sí.
POST CRONOLÓGICOS SOBRE LA LÍNEA TEMÁTICA:
Mindfulness XXVIII; Las drogas y sus receptores
Mindfulness XXIX: La auto-aceptación
Mindfulness XXX: Los cannabinoides. Su cara amable
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Mindfulness XXX: Los cannabinoides. Su cara amable
Mindfulness XLII: Adicciones. Los neurotransmisores. La dopamina
MindfulnessXLII. Adicciones: Craving versus síndrome de abstinencia
Mindfulness XLIV. Mindfulness como herramienta de trabajo en las adicciones
MindfulnessXLV. Mindfulness. La Meditación como Proceso
Mindfulness XLVI. Practica: las cuatro tendencias de la mente
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