LÍNEA PSICODINAMICA LXXXII. ETAPA DE LATENCIA. DESARROLLO PSICOSEXUAL. FREUD
ETAPA DE LATENCIA
DESARROLLO PSICOSEXUAL. FREUD.
Por Beatriz Santos dieguez
El comportamiento y la personalidad son dos conceptos que van a ser
abordados por las distintas Teorías de
la personalidad.
Como venimos viendo, la metapsicologia freudiana trata de explicarnos el desarrollo de la personalidad mediante la exposición y el estudio de unos modelos.
En el Modelo
genético Freud trata de establecer el desarrollo
de la personalidad mediante la sexualidad infantil (teoría del desarrollo
psicosexual).
En la Teoría
del desarrollo psicosexual queda patente que la sexualidad está presente desde la
infancia y se va desarrollando hasta la edad adulta, permitiendo, de esta
manera, la adaptación al medio.
Venimos haciendo un
recorrido por estas diferentes etapas. Hoy nos centraremos en la Etapa de latencia.
La etapa de Latencia ha sido considerada como un periodo de receso y
espera, al considerar que el impulso sexual
disminuye; sin embargo, lo que ocurre es que el aparato psíquico se va a organizar de una forma diferente, lo
cual va a requerir de forma activa de un gran
trabajo mental para modificar su
estructura.
La etapa de latencia está al servicio de una nueva organización en la
que el
interés está dirigido hacia actividades que van a permitir cambios en la
organización y el funcionamiento del psiquismo.
El niño entra en la Educación Primaria donde aparecerán nuevas actividades que les permitiran adquirir nuevos aprendizajes y ampliar sus relaciones. Todos estos cambios que se producen, junto a los logros que van alcanzando van a influir en la etapa posterior.
El
juego, que va cambiando a lo largo de todo el desarrollo
infantil, es una de las principales
herramientas con las que cuenta el infante en esta etapa.
El juego va a necesitar de una organización
mental más compleja, que será facilitada por el acceso a lo simbólico.
A través del juego los niños empiezan a conocer, ejercitar y dominar su cuerpo,
así como manejarse en el espacio.
El juego favorece la integración de la imagen corporal, así como la ampliación de los recursos de la personalidad; la interiorización, el intercambio, la cooperatividad de roles e integración de grupos de pares; permitiendo todo ello al infante la obtención de placer por el movimiento (Urribarri 2008).
Al
comienzo de la latencia predomina la psicomotricidad gruesa,
con movimientos tumultuosos y desordenados, como el correr o patinar, saltar,
patear la pelota, etc., donde se requiere más de la fortaleza que de habilidad.
El
juego se va modificando a medida que el infante crece,
interiorizándose roles y distinguiéndose lugares y funciones donde son posibles las tareas de equipo y las
acciones destinadas a un fin común.
A
partir de los 8 años, más o menos, comienza a predominar
más la habilidad que la fortaleza.
La etapa de latencia es algo más que un periodo de transición.
Es un periodo de cambios
en la organización y funcionamiento de la personalidad, de las conductas y de
las relaciones sociales que se establecen.
Debido a los diversos
procesos que se producen en esta etapa, el infante va a poder prepararse para los
cambios de la adolescencia, facilitando el acceso a la vida adulta, a la sociedad
y a la cultura.
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