MISCELÁNEO XLII (62) PREJUICIOS,ESTEREOTIPOS. IDEOLOGÍAS Y OTROS
PREJUICIOS, ESTEREOTIPOS, IDEOLOGIAS Y OTROS
La justicia tiene un lugar especial para los actos criminales motivados por odios raciales, de religión, sexo, orientación sexual, nacionalidad, edad, identidad de género, afiliación política, trastorno mental y otros a los que se denomina delitos de odio ya que estos afectan sobremanera a la seguridad de los individuos y a sus comunidades y sociedades de modo global.
Los
delitos de odio suelen dramatizar su expresión con
proclamas explícitas en manifestaciones verbales o grafitis, pues a menudo están diseñados para enviar un mensaje
amenazador al grupo de la víctima y a la sociedad en general.
ESTEREOTIPO:
Conjunto de ideas y creencias
preestablecidas que se aplican de manera general e indiferenciada a un grupo
social con base en su diferencia: nacionalidad, etnia, clase
socioeconómica, edad, sexo, orientación sexual, profesión u otros.
Desde la línea ideológica se ha considerado al odio como un constructo justiciero que por parte del odiador
viene a ser como un sentimiento dispuesto a acercarse a resolver una supuesta o
verdadera situación de injusticia que es la que provoca el odio.
Las
Ideas de los líderes fanáticos contaminan a sus seguidores o prosélitos[1]
de una patología mental colectiva en la que prende el odio rápidamente a través
de estereotipos, promoviendo que estos
seguidores lleven a cabo sus ideas odiando al otro.
No es fácil diferenciar
los límites entre el odio y el prejuicio, entre el prejuicio y la opinión y
entre la opinión y la verdad.
El ODIO prende siempre por narrativas, se basa en historias. Son
narrativas difusas y nunca en primera
persona, lo que permite generar mucho
odio porque se está muy distante.
PREJUICIO: opinión previa y
tenaz, por lo general desfavorable, acerca de algo que se conoce mal.
En el prejuicio hay
siempre una semilla para el odio.
Junto al prejuicio, el
odio encuentra, muchas veces, sus raíces en la Historia, como ocurrió en las reyertas triviales en África entre
Hutus y Tutsis, o en los conflictos que mantuvieron secularmente a los Balcanes
en convulsiones, y contribuyeron poderosamente a la cruenta y creciente guerra
entre sus diferentes poblaciones.
Entre
los prejuicios más importantes causantes de odio están
siempre los relacionados con el racismo
y la homofobia. A estos grupos se les suelen achacar conductas criminales y delictivas que no son reales la mayorías de las
veces, pero que sirven para justificar el odio hacia
ellas. Estos grupos de personas odiadas
tarde o temprano pueden acabar siendo
objeto de cualquier tipo de agresión, incluido las físicas.
La justicia tiene un lugar especial para los actos criminales motivados por odios raciales, de religión, sexo, orientación sexual, nacionalidad, edad, identidad de género, afiliación política, trastorno mental y otros a los que se denomina delitos de odio ya que estos afectan sobremanera a la seguridad de los individuos y a sus comunidades y sociedades de modo global.
Dentro de la ley criminal para que un hecho pueda
ser considerado como delito de odio este
debe ser ofensivo y estar motivado por una predisposición. Los incidentes
pueden implicar amenazas y asaltos personales o a grupos, asesinatos, destrucción
de la propiedad, bulling, acoso, insultos, abusos verbales, grafitis o escritos
ofensivos y otros actos diversos.
El
sentimiento de odio consigue mover las
emociones a partir de ideas muy básicas y
superficiales denominadas estereotipos.
Del
grupo odiado se saca una característica superficial y facilona y se aplica al grupo
en su conjunto, por ejemplo, todos los ricos son deshonestos, o los que llevan tatuajes son un desastre.
Es una idea muy simple con una generalidad excesiva.

Un
estereotipo es una imagen, idea o
noción inmutable que un grupo social tiene de otro, al que le son atribuidos de
forma generalizada conductas, habilidades, cualidades o rasgos distintivos.
También podemos definirlo como un
pensamiento demasiado fácil de una característica más o menos relevante.
Los
estereotipos pueden ser positivos o negativos, pero siempre son generalizaciones, lo que
implica que aunque contiene parte de verdad, ofrecen una visión distorsionada de la realidad, magnificando o
absolutizando rasgos puntuales que se
aplican para identificar y caracterizar a los sujetos en una categoría
inteligible.
En
el odio priman los estereotipos negativos
Muchas veces los
estereotipos se convierten en etiquetas peyorativas o despectivas, lo cual
deriva en actitudes indeseables, como la discriminación y la intolerancia,
alimentando el racismo, la xenofobia o la homofobia.
IDEOLOGÍA: Sistema
de creencias sobre una sociedad ideal deseable.
Suele llevar aparejada la promesa de un mundo y una vida mejor para los
seguidores de la misma, para una determinada nación o grupo social o incluso
para toda la humanidad.
Las
ideologías contribuyen al odio legitimado a través de su línea de
adoctrinamiento.
El
grupo que sostiene una ideología se considera moral e incluso intelectualmente
superior a los demás. Dicha superioridad genera odio y el odio
alberga siempre el explícito deseo de un mundo sin el odiado. Muchos crímenes
violentos de la historia han sido
perpetrados en nombre de altos ideales.
El adoctrinamiento siempre
es perjudicial ya que suele responder a odios ancestrales que interesan perpetuar
y a ambiciones de poder.
Los
líderes (políticos, religiosos, de todo tipo) con sus palabras
y acciones, instigan con frecuencia el odio y la exclusión social de los
odiados, muchas veces señalándolos explícitamente y considerándolos como
intrusos en su país o en su particular grupo
o sociedad. Sus seguidores se identifican con ellos y con la ideología
que propagan.
Existen líderes fanáticos
cuya propaganda tiene unas características
cuyo principal objetivo es inocular su
virus mental de violencia y rabia contra el otro. Su principal recurso es
la demonización del adversario, lo
que intensifica el sentido de animadversión y reduce la inhibición del odiador
(el que odia) para actuar de formas muy distintas pero todas ellas dan pie a
justificar dichas actuaciones.

Cuando además se suma un ansia de poder exacerbada
y se satisfacen las ambiciones de este líder fanático proclamando “hemos
conseguido lo pretendido” o “hemos alcanzado la meta” realmente el grupo de
seguidores no ha alcanzado nada salvo las pretensiones patológicas de su líder,
que utilizando la inoculación del odio ha conseguido algún tipo de poder o
riqueza que solo estaba al alcance destruyendo a ese grupo odiado y utilizando
al grupo de sus prosélitos o seguidores para conseguirlo.
No todos los líderes, sin
embargos son inoculadores de odio para conseguir sus fines y propósitos personales. Existen también líderes
que intentan el verdadero bien de la sociedad y de sus semejantes. La historia
ha dado ejemplos de que estos pueden aparecer en cualquier parte del planeta.
La
VERDAD es la coincidencia entre una afirmación y los hechos,
pero a la vez entraña honestidad, buena
fe y sinceridad, por lo que podemos concluir que la verdad es la coherencia o conformidad entre lo que una persona
manifiesta y lo que experimenta, piensa y siente. No siempre, por tanto, es
fácil determinar una verdad única, pero siempre es posible ser coherente.
[1] Persona
que se ha adherido recientemente a una causa, una ideología, una colectividad,un
partido político, etc, o que se ha convertido recientemente a una religión)
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