MINDFULNESS CVI (106). COMUNICACIÓN INTERIOR. LA PALABRA Y OTROS CÓDIGOS
COMUNICACIÓN INTERIOR: LA PALABRA Y OTROS CÓDIGOS
Por Beatriz Santos Dieguez.
Por Beatriz Santos Dieguez.
El
lenguaje, la forma en que nos hablamos a nosotros, influye sobremanera en
nuestra visión del mundo.
El lenguaje forma parte del tejidode la vida. A través de él nos expresamos hacia el exterior y hacia nuestro
interior.
El lenguaje lo constituyen las palabras y
otros códigos no verbales.
La palabra forma parte de la
comunicación, aunque tenemos otras vías, otros códigos no verbales que transmiten tanto o más peso que estas (las palabras).
Con las palabras transmitimos
información y emociones, que en ocasiones están desvirtuadas por lo que
realmente (desde nuestro yo más profundo) sentimos, en cuyo caso son estos otros
códigos no verbales los encargados de transmitir nuestra realidad.
¿Por qué ocurre esto? Porque no
somos conscientes de lo que en realidad nos está ocurriendo, o porque no
queremos serlo. Razones ambas que hay que trabajar para llegar al fondo de la
cuestión.
El lenguaje esta hecho de palabras que
tienen significado, el cual tiene mucho que ver con la cultura en que vivimos y
el momento que estamos atravesando.
En ocasiones, la ausencia de
palabras transmite más que una verborrea llena de giros idiomáticos
Las palabras son necesarias y nos ayudan a
describir situaciones, pero no son imprescindibles para manifestar nuestras
emociones; a veces éstas (las emociones) se delinean más a través de otros
códigos de comunicación, quedando dibujadas detalladamente en una expresión del
rostro o en la postura corporal (la
forma de mirar , la manera andar…etc.)...
En un bebe, el llanto nos transmite necesidades,
deseos, sensaciones o emociones que éste está teniendo, y que los adultos
traducimos, una vez que hemos conseguido descifrar el código: Tiene hambre,
tiene sueño, le duele algo, etc.
Cuando vamos cumpliendo años, vamos
olvidando estos códigos que quedan como clausurados y vamos desarrollando el
“decir de las palabras”. Pero estos códigos siguen estando con nosotros porque
han sido transmitidos a lo largo de la historia de la humanidad para sobrevivir y comunicarnos.
Dichos códigos se van
entremezclando con nuestras creencias
primigenias, y quienes poseemos el don del habla, vamos
transmitiendo todo eso que creemos ser a través de la
palabra.
Este popurrí[1] nos
va formando y conformando, y en ocasiones deformando, porque podemos estar
sintiendo algo y expresar lo contrario de viva voz, a través de la palabra.
Ahora bien, cuando la comunicación es con
nosotros mismos, y no existe un ajeno frente a nosotros que nos escuche, es
cuando realmente, la forma en que nos hablamos, nuestro lenguaje, se convierte
en actor principal.
De ahí, la importancia en la
forma de comunicación que tenemos con nosotros mismos, y la repercusión que
esta tiene, en nuestras sensaciones, emociones, estados de ánimo y, en nuestro pensamiento posterior.
Cuando estamos desnudos ante el
espejo vemos todas nuestras formas, sin tapujos, y sin atavíos que las
transformen. Aceptar esas formas es primordial para entender quienes somos, y
que somos eso.
Si ante el espejo nos dedicamos a
destacar todos nuestros defectos (que todos tenemos), u obviarlos, será una
forma incompleta de comunicación. Pero también lo será lo contrario, es decir,
destacar solo nuestras virtudes (que también todos tenemos).
La manera más efectiva de hablarnos,
a través del lenguaje interno, es hacerlo con imparcialidad,
asumiendo defectos y virtudes, habilidades y falta de ellas, pero siempre desde
la comprensión, la compasión, la indulgencia, y sin asomo de crítica o juicio.
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