MISCELÁNEOS IV. LAS CREENCIAS
LAS CREENCIAS
Por Beatriz Santos Dieguez
Nuestros pensamientos, deseos, metas, fantasías y todo lo demás están
fuertemente atados y van de la mano de lo que son nuestras creencias.
Tenemos ideas pero vivimos en las creencias. Algo así fue dicho por José Ortega y Gasset.
Las creencias están basadas en la
experiencia, los valores, la cultura, las tradiciones…, giran en torno a nosotros mismos, a los demás y a cómo ha de ser el
mundo que nos rodea.
Nacen desde el interior de la
persona (se desarrollan a partir de las propias convicciones y los valores
morales), recibiendo la influencia de factores externos y del entorno social
(la presión familiar, los grupos dominantes etc.,).
Pueden ser limitantes o potenciadoras. Las primeras se identifican por ser
aquellas que lo que consiguen es que nos incapacite para poder pensar o actuar
de determinada manera ante una situación concreta.
Las segundas, por su parte, lo
que logran es mejorar nuestra autoestima y nuestra confianza ya que básicamente
de lo que se encargan es de ayudar a potenciar nuestras capacidades. De esta
manera nos otorgan seguridad e iniciativa para poder llevar a cabo determinadas
actuaciones ante hechos concretos que surjan.
Nuestra conducta (que es lo que hacemos y lo que no hacemos) viene
determinada por nuestras emociones y
estados emocionales, los cuales viene ocasionados por lo que pensamos.
A su vez, nuestra conducta
influye en lo que pensamos y sentimos.
Como vemos, hay una retroalimentación entre la conducta y el pensamiento, el
cual está totalmente determinado por nuestras creencias, las cuales se construyen a lo
largo de nuestra vida, pero especialmente en los seis, siete primeros años.
A partir de los aprendizajes de estos primeros años se forman todos nuestros
pensamientos, miedos, deseos etc., convirtiéndose en el conocimiento principal porque son los responsables de nuestros juicios
y de la visión e interpretación que tenemos del mundo: lo bueno, lo malo,
nuestra fe, lo que nos gusta, lo que no nos gusta…
En definitiva, de ello depende
nuestra vida y el color con el que vamos por ella.
La Real Academia Española de La Lengua (RAE) define la creencia como el firme asentimiento y
conformidad con algo. La creencia es la idea que se considera verdadera y a la
que se da completo crédito como cierta. Podemos pensar que una creencia es un paradigma que se basa en la fe, ya que
no existe demostración absoluta, fundamento racional o justificación empírica
que lo compruebe.
Hay una gran variedad de ellas,
pero podemos dividirlas en dos grandes grupos: creencias abiertas (que admiten discusión a partir de un análisis
lógico y racional) y las creencias
cerradas (solo pueden ser discutidas por una autoridad).
En el primer grupo están las creencias científicas y las filosóficas, ya que
cualquiera que es capaz de demostrar lo contrario está en condiciones de refutar una
creencia.
Entre las creencias cerradas, las
más comunes son las creencias religiosas y las ideológicas
(que emanan de una divinidad o una personalidad, y son administradas por unos pocos elegidos).
Nosotros hablaremos y nos
centraremos en las creencias abiertas
puesto que son las que nos van a proporcionar un marco científico y refutable a
la vez, sobre el que poder discernir y trabajar la esencia de lo que somos : cuerpo y espíritu.
A continuación os dejo un vídeo explicativo y muy gráfico sobre las creencias.
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