VERANO 2015 XIII. RESPIRACIÓN DIAFRAGMÁTICA. FASE DE COMPRESIÓN: CONTRACCIÓN ABDOMINAL Y DEL CUELLO
FASE DE COMPRESIÓN:
CONTRACCIÓN ABDOMINAL Y CONTRACCIÓN DEL
CUELLO.
Por Beatriz Santos Dieguez
Hay tantas maneras diferentes de respirar como
de bailar, cada una con su propio ritmo, pero así como la danza se realiza con los pies, la respiración debería realizarse
con el diafragma. El resto depende del estado de ánimo y la música del
momento (Daniel Reid, El libro del
Chi-kung)
En relación a las cuatro fases y tres contracciones
de la respiración
diafragmática es necesario tener siempre en cuenta que son
varias etapas en un proceso continuo de respiración y que no se trata
de pasos aislados.

Esta práctica también es buena para
equilibrar la respiración como preparación para una sesión en posición sentada,
inmóvil, o para una práctica de
meditación en movimiento.
Sin
embargo, en los
momentos de la práctica principal, hay que intentar no prestar demasiada
atención a las fases y contracciones individuales. En su lugar, hay que intentar incorporarlas en un proceso suave y
profundo que sea natural y cómodo. Iremos descubriendo como,
poco a poco, nuestro diafragma tomará un modo natural de control de la respiración,
y que el cuerpo aplicará automáticamente las contracciones de manera más
apropiada para cada tipo de ejercicio.
CONTRACCIÓN ABDOMINAL
El objetivo
de la contracción abdominal consiste en sellar la compresión
terapéutica de la cavidad abdominal cuando baja el diafragma y sube la
plataforma pélvica con la contracción anal al completar la inhalación.
El aumento de la presión abdominal ejerce una
fuerza propulsora poderosa sobre las venas
cavas, empujando la sangre hacia el pecho como una bomba y descargando
de un gran peso al corazón.
El efecto producido por la contracción
abdominal es especialmente beneficioso por la mañana temprano, cuando casi
la mitad de la reserva de sangre del organismo permanece depositada en el
hígado y el páncreas.

MODO DE REALIZAR LA CONTRACCIÓN ABDOMINAL:
Al
completar la inhalación y realizar la contracción anal notaremos que la pared abdominal se expande
plenamente, en ese momento recogemos la parte inferior de la pared
abdominal hacia dentro, en dirección a la columna. No es necesario ni
deseable entrarla demasiado o con excesivo esfuerzo. Basta con retenerla
levemente hacia el interior con una ligera contracción de los músculos
abdominales, mantenerla brevemente y, después, relajarla por completo al
comenzar la Exhalación.

CONTRACCIÓN DEL CUELLO
Este tipo de contracción cumple diversas
funciones:
-Compresión
parcial de las carótidas (las arterias carótidas se hallan situadas a ambos
lados de la región cervical anterior en el cuello) en la garganta, lo que, por un lado impide que suba un exceso de
sangre al cerebro, debido a la mayor presión circulatoria proveniente
de abajo, y, en su lugar, desvía parte del flujo a las extremidades para
distribuirlas más equilibradamente y por otro lado, ralentiza el pulso,
lo que constituye un beneficio adicional para la función cardíaca.
Por otra
parte, la ligera presión que ejerce sobre el nervio sinus
de la carótida facilita la calma mental y la internalización de la
conciencia, que son factores que contribuyen al control de la respiración,
particularmente durante la meditación.

-Estira
la columna vertebral, desde el cráneo hasta el sacro, estimulando los
nervios y ganglios en todo el trayecto y abriendo los canales de energía que
recorren la columna vertebral. Este efecto proporciona la extracción de la energía
de la región sacra y la conduce a la cabeza, activando el
circuito de energía
de la Órbita Microscópica.
MODO DE REALIZAR LA CONTRACCIÓN DEL
CUELLO:
Para realizar la contracción del cuello hemos de asegurarnos que estén
ya activadas las contracciones anal y abdominal. Una vez que nos hemos
asegurado de que esto es así, contraemos los
músculos de la garganta y la glotis sobre la tráquea.
¿Cómo se realiza esto?:
-Intenta inhalar varias veces (tres
veces será suficiente) brevemente, una encima de otra. Una
vez que la garganta esté cerrada y contraída (al amontonar una respiración
sobre otra en los pulmones se cerrará la glotis sobre la tráquea lo que
impedirá que el aire salga antes de volver a inhalar) inclinamos el mentón lentamente
hacia el pecho y estiramos la parte posterior del cuello, pero sin doblar el
cuello hacia delante.
Aunque no es un paso indispensable, para
facilitar esta contracción podemos tragar primero, antes de hacer las
inhalaciones seguidas.
Cuando estemos preparados para Exhalar,
bastará con levantar un poco el mentón, relajar la garganta y dejar que salga
el flujo de aire.
NOTA: Conviene asegurarnos de que los hombros
están relajado para que no se curven y provoquen tensión en el cuello y
en los músculos de los hombros, ya que esto haría que se bloquee el flujo de
energía de la espina dorsal a la cabeza.
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