PSICOGENEALOGÍA XI. Lealtades inconscientes.

Lealtades Inconscientes
Por Beatriz Santos Dieguez




Así como en un momento dado los padres asumieron los contratos y códigos inconscientes impuestos por el clan, los hijos asumen sus propias lealtades  inconscientes para preservar su identidad y territorio en el clan.
Es de esta manera como se mantiene vigente y se transmite el síndrome del aniversario.
El inconsciente vela sobre todas las memorias como un reloj invisible. Para evitar la repetición hay que tomar conciencia.
La asunción de estas lealtades inconscientes para continuar dentro de nuestro clan trae aparejado, en la mayoría de los casos, dolor emocional y físico que se manifiesta mediante accidentes, enfermedades, muertes prematuras… etc.
 Si el origen del dolor, del mal, de la enfermedad está cerca de la consciencia, visualizar la historia de la familia de un solo vistazo en varias generaciones atrás, es decir, reubicar su árbol genealógico en su contexto psico-político-histórico sobre varios años atrás y reconocer de golpe la repetición, puede ser suficiente para crear una emoción muy fuerte  (catarsis) capaz de liberar al enfermo de sus lealtades familiares inconscientes.
Cuando el  secreto está tan bien guardado que la toma de conciencia se vuelve imposible hay que recurrir a la “Perlaboración”.
Perlaboración es un término psicoanalítico que se emplea para designar parte del trabajo. Mediante su intervención  el analista intenta que el paciente sea consciente del origen de sus síntomas y se hace especialmente recomendable cuando el paciente ha desarrollado  resistencias muy fuertes.

 Consiste en análisis de sueños, lapsus,  asociaciones de pensamientos, dibujos,  terapias grupales como el psicodrama, donde se ponen en escenas las vivencias familiares etc.
Mediante la Perlaboración se   completa la cura analíca. El mismo Freud desconfiaba de la catarsis que no está seguida de la Perlaboración.
 El hecho de poner en escena la situación antigua de forma integral, a través del cuerpo entero y no solo a través de la palabra, ayuda a revivir la emoción de aquello que fue ocultado y permite expresar los sentimientos reales y la tensión que pudo crearse entre lo que se esconde y lo que de todas maneras presentimos.
Hablar, llorar, gritar, golpear, previene la conversión del malestar psíquico en síntoma somático. De ahí la importancia de poder expresar las emociones, los verdaderos sentimientos, sin moderación, ni pudor, los secretos, los no dichos, los traumas escondidos, los grandes dolores y los duelos no hechos.

Según el modo de trabajar de Anne Ancelin Schützenberger,  solamente haciendo trabajar a alguien sobre su familia, sobre su árbol genealógico y sus secretos, con mucha frecuencia se logra poner al día en pocas sesiones ,lo que uno se puede demorar años en “sacar a la luz” mediante el tradicional método del psicoanálisis. La realidad de los hechos y su repetición saltan a la vista .Se puede ver claro casi de inmediato.

A través de la interpretación sistémica del clan que es el estudio transgeneracional, se buscan situaciones repetitivas, identificaciones, proyecciones, dramas familiares, fechas, accidentes y muertes que tienen lugar en circunstancias y situaciones parecidas.

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