Línea psicodinámica X. Clínica y análisis grupal

Publicado por Gabinete psicológico BSD febrero 27, 2015

Línea psicodinámica X. Clínica y análisis grupal

Línea psicodinámica X: Clínica y análisis grupal

Por Beatriz Santos

La Teoría Analítico-vincular trabaja al sujeto desde una perspectiva dinámica, cuya base arranca del Psicoanálisis ortodoxo en cuanto a la comprensión del psiquismo humano y su desarrollo tanto normal como patológico, pero cuya teoría y clínica ha ido renovándose en la medida de las necesidades planteadas por el sujeto según la experiencia del clínico, y adoptando los puntos que la sociedad concreta para ese sujeto particular iba requiriendo.

La teoría Analítico-Vincular pivota sobre los mecanismos psicodinámicos que ejercen una influencia sobre el sujeto tanto para su desarrollo normal como para el que se sale de esa normalidad, abarcando también al Grupo tanto en cuanto la influencia ejercida en el sujeto como a la inversa, es decir, la influencia que el sujeto ejerce en el grupo.

En estos primeros contactos con el compendio de la teoría Analítico-Vincular, siempre en formación y adaptación, en dinámica en definitiva, hemos centrado en la figura de Nicolás Caparrós algunos post, hecho indispensable para entender el origen de la misma.

El grupo, es fuente de inspiración y trabajo, el Vínculo también, y ambos son necesarios. Ambos se retroalimentan.

La noción de vínculo como algo que incluye la atmósfera emocional que envuelve a los dos sujetos de una relación, se convierte en vértice desde el que contemplar otros conceptos. Así se refleja en los dos tomos que conforman la Psicopatología analítico vincular (una conceptualización dinámica a partir de la estructura de los tres núcleos básicos de la personalidad) en 1992. Por entonces expresó:

El Modelo Analítico Vincular, es fruto de todo el terreno que he recorrido y del tiempo que he tardado en hacerlo. Estudio la genética del vínculo desde la anobjetalidad. Hago un especial hincapié en la posición aglutinada y describo la posición confusa, intercalada entre lo esquizo-paranoide y lo depresivo.

Conceptos todos ellos psicoanalíticos.

El Grupo está siempre presente. En 1994 comparte con Armando Bauleo y su inseparable Isabel Sanfeliu un taller intensivo en Cuba sobre Grupo Operativo, donde el entusiasmo se mezcla con las diversas nacionalidades de los participantes, dando pie a otros memorables encuentros grupales.

Ya hablamos de los Laboratorios, sesiones grupales de unas veinte horas en fines de semana, cuyo marco Operativo permitía el empleo de técnicas psicodramáticas orientadas psicoanalíticamente, con intención prospectiva en unos casos y terapéutica en otros. Encuadre habitual durante décadas, con grupos de alumnos del momento y otras con pacientes, en las que el equipo terapéutico estaba compuesto por cuatro o cinco para unos veinte participantes.

Pasamos del Vínculo al Grupo y viceversa porque ambos conceptos forman parte de esta teoría, ambos son necesarios es indispensables para entenderse entre sí tanto desde el desarrollo normal como desde el patológico y porque a la hora de reconstruir, ambos son necesarios. Tan necesarios como intrínsecamente unidos a la propia vida de Nicolás, siempre trabajando con grupos, y en grupos pero también vinculándose a todo su trabajo.

Y es que la Teoría Analítico-Vincular se elabora por y a través de todas aquellas experiencias por las que el sujeto, como ser humano, perteneciente a un grupo y a una sociedad, puede pasar o puede tener, o no pasar y/o no tener.

Nicolás tiene también esporádicos contactos con jueces a través de seminarios o peritaciones, que le llevan a reflexionar en torno a La imputabilidad del psicópata (1994) o La enfermedad mental en el código Penal español (1980).

Sus primeras publicaciones son grupales, y la última de sus obras publicadas, el Viaje a la complejidad (cuatro tomos en los que han participado más de cien autores de distintas ramas de la ciencia), también lo es.

Su vida y su obra es un desarrollo por y desde el Grupo, y ya desde el comienzo de su primera etapa en Quipu (allá por 1974 con un grupo de alumnos) por y desde el grupo germina la idea de editar una revista que nace en 1976, Clínica y análisis grupal, que durante todos estos años ha ido recogiendo artículos y entrevistas de las figuras más destacadas del ámbito de la psicología, de la psiquiatría, la literatura, las neurociencias y otros campos del saber.

Es desde aquí, desde el numero 88 ( publicado en 2002) de esta revista, concretamente desde un artículo de Malcolm Pines, desde donde hoy voy a despedirme, incitándoos a entrar en mi web para leer y saborear dicho artículo completamente, desde la interpretación que hacemos en nuestro seminario de formación continua de Grupos, cuya coordinación corre a cargo de Isabel Sanfeliu.

Malcolm Pines

Malcolm Pines habla en este artículo de La relación especular (mirroring) en psicosis y neurosis, y literalmente cita a Nicolás Caparrós como “un analista que trabaja en Madrid”, ha analizado atentamente los procesos de relación especular en grupos de psicóticos…

Doy paso a Nicolás:

“Este tipo de pacientes (psicóticos) muestra dos diferentes tipos de relación en espejo:
Una sería una pseudorrelación, por lo primitiva, cuyo resultado es la fusión y la confusión: el otro es yo mismo y opera de acuerdo con una lógica simétrica.
Otro grupo con una relación menos primitiva, reconoce que el otro es realmente otro, a la vez familiar y extraño.
El paciente psicótico puede vivir en un delirio de ser un grupo en sí mismo, a través del cual, ese grupo está hecho de self fragmentados y de relaciones objétales procedente de un espejo fracturado.
Solo cuando el conocimiento del otro es asimétrico (el otro es realmente otro) el grupo puede comenzar a funcionar como un espejo humanizador y terapéutico donde el paciente puede reconocerse como miembro de un grupo; puede encontrarse y relacionarse con otros y reabrir caminos de desarrollo para llegar a adquirir un self más unificado.
El otro, el encuentro con los otros desde una asimetría en sus orígenes, es necesaria para una relación especular que en su orígenes quedó maltrecha, siendo la terapia, el terapeuta, y el grupo analítico las herramientas necesarias e imprescindibles para su consecución”.