Mindfulness XIX: La heroína

Mindfulness XIX: La heroína


Por Beatriz Santos


Venimos haciendo un repaso a las adicciones.

Históricamente, la denominación de adicción, aplicada a las sustancias psicoactivas ha sido sustituida por el de dependencia, aunque ha surgido otro término nuevo, el de conductas adictivas, en el que se incluyen tanto  las  sustancias químicas como aquellas otras sin la presencia de ellas (por ejemplo, juego patológico).
Este post está enfocado  a la dependencia de la heroína, así como a las consecuencias de su consumo y la necesidad de una correcta desintoxicación de la misma.

La heroína pertenece a la familia de los opiáceos, familia extensa a la que también pertenecen la morfina, la metadona, la codeína entre otros, sin embargo, en la actualidad en España no es frecuente la aparición de dependencia de los opiáceos por consumo de medicamentos  automedicados (no así en otros países), dado el control que existe en la prescripciones, a excepción de la buprenorfina[1]

La heroína no suele ser la primera droga de consumo, ya que antes la persona ha consumido alcohol, tabaco, hachís u otras sustancias, medicamentos con efectos psicoactivos, etc. 

Es la droga que produce más alarma social, por las consecuencias asociadas a su consumo  y a la búsqueda de la droga, así como por sus efectos en la persona y por la cronificación del trastorno en una parte de los adictos a la misma. Tiene efectos similares a la morfina excepto que con una dosis diez veces menor se obtienen efectos comparables.  Ambas sustancias son muy adictivas, se desarrolla rápidamente la tolerancia y la dependencia.

Algunos autores afirman que una simple dosis de morfina puede producir dependencia física y, en ciertas circunstancias, también psicológica. Los estudios realizados con morfinómanos indican una elevación del estado de ánimo y una sensación placentera de bienestar asociada a su consumo, al tiempo que es un analgésico eficaz también es un potente depresor de los centros respiratorios y la tos.

Las muertes por sobredosis son relativamente frecuentes debido a depresión respiratoria.

Su primer consumo  produce náuseas, vómitos y disforia; luego le siguen los síntomas buscados en la heroína como placer, euforia y reducción de la ansiedad, conocidos como la fase de luna de miel. En la siguiente fase se consume solo con el objetivo de encontrarse bien y evitar el síndrome de abstinencia.

El consumo regular de heroína provoca niveles considerablemente altos de tolerancia .Una vez que se establece un patrón de dependencia o abuso de los opiáceos (que se da rápidamente) la búsqueda de la droga centra la vida del sujeto. Por otro lado la frecuencia de enfermedades infecciosas (Tuberculosis, hepatitis B, SIDA) es alta, produciéndose una alta mortalidad en este caso.


La heroína se administra fundamentalmente por vía intravenosa, siendo también posible fumarla (chinos) o esnifarla.

La inyección  intravenosa produce inicialmente una sensación de éxtasis muy intensa durante 10, 15 minutos. Después se experimenta una sensación menos intensa, de satisfacción, euforia y bienestar, que dura de tres a cinco horas. Después de la misma hay un fuerte deseo de conseguir más droga para obtener esos efectos. Las reacciones negativas de no consumir suelen aparecer a partir de las ocho horas después de la inyección. Las primeras horas del síndrome de abstinencia se caracterizar por dolor muscular, bostezo sudoración y lagrimeo, siendo similares a una gripe. Después de 36 horas de la última inyección, los síntomas de abstinencia aumentan en gravedad, pudiendo aparecer contracciones musculares incontrolables, escalofríos alternando con sudoración, aumento de la tasa cardíaca y de la presión sanguínea.

Los síntomas más intensos duran unas 72 horas, y van disminuyendo gradualmente durante los siguientes cinco a diez días (Calimari y Cox, 1996).

En el caso de la heroína, aunque es posible hacer una distinción entre uso y abuso, la mayoría de los estudios indican que entre uno y otro hay un continuo, difícil las más de las veces de diferenciar. En muchos casos las sobredosis se produce al aparecer en el mercado una partida de heroína con mayor nivel de pureza que el habitual. Los adulterantes más comunes de la heroína son los polvos de talco y el almidón, otros son peligrosos para la salud como por ejemplo la estricnina.

El miedo al síndrome de abstinencia a los opiáceos, o el propio síndrome de abstinencia a los opiáceos, es, en parte, el responsable del mantenimiento de la dependencia. Superar, por tanto, dicho síndrome se convierte en el primer paso para la recuperación del adicto a opiáceos.

La intoxicación produce síntomas muy característicos, como una miosis muy intensa (pupilas en punta de alfiler), junto a otros, como euforia, apatía, irritabilidad, retardo psicomotor, somnolencia, lenguaje farfullante, reducción de la atención y deterioro de la capacidad de juicio.

El objetivo de la desintoxicación es reducir paulatina o bruscamente el consumo de la droga de modo que la persona quede abstinente. Parte del hecho de que una persona es dependiente a una sustancia, y que para que pueda superar su dependencia física es necesario limpiarlo de todo resquicio de ella. Si la persona deja de consumir bruscamente la sustancia se produce el síndrome de abstinencia y dado que este es uno de los motivos para la búsqueda de la droga o para abandonar su consumo, el conseguir que la persona deje de necesitar fisiológicamente la sustancia es un paso importante para el abandono de la misma, por tanto, el proceso de desintoxicación pretende tanto limpiar a la persona de la droga como evitarle padecer síndrome de abstinencia.

Fundamentalmente existen dos tipos de desintoxicación, la elección de uno u otro tipo va a depender de los objetivos que el adicto y el equipo que lo trata se marque, tras la realización de un diagnóstico adecuado y la correcta evaluación de los medios disponibles.


 Las desintoxicaciones clásicas a nivel hospitalario, dentro de la cual está irrumpiendo con fuerza las desintoxicaciones llamadas cortas o rápidas, y las ultra-cortas o ultra-rápidas. La idea que subyace a estas es utilizar la sedación para aliviar el síndrome de abstinencia a los opiáceos y acortar el tiempo de tratamiento. Consiste en realizar una inducción brusca del síndrome de abstinencia mediante antagonistas opiáceos, junto a la utilización conjunta de distintos fármacos que producen una importante sedación, anestesiando al sujeto para así poder monitorizar y controlar todos los posibles efectos secundarios, evitarle los síntomas agudos de abstinencia que en caso contrario tendría el sujeto. La mayoría de las personas son dadas de alta en 24 horas, a menos que tengan otras complicaciones..Aún así el periodo de internamiento no durará más de tres días.

Las desintoxicaciones a nivel ambulatorio. El grado de malestar que manifiesta la persona adicta a opiáceos, y en ocasiones la falta de apoyo o supervisión del tratamiento impide su buena llegada a término con este tipo de desintoxicación. De ahí que el profesional sanitario o el equipo deben valorar la conveniencia de un tipo u otro de intervención.

Junto a la desintoxicación, donde se elimina la dependencia física, hay que conseguir la deshabituación psicológica, por lo que un programa psicoterapéutico dentro de la unidad asistencial  de drogodependencia posterior es necesario, para el cual hay que preparar a la persona adicta, mediante intervenciones como consejos de salud, apoyo psicológico, terapia farmacológica, apoyo social, orientación familiar, urinoanálisis, actividad deportiva y últimamente se está implantando Mindfulness.
Es importante también tener en cuenta si el sujeto tiene dependencia de otras sustancias distintas a la heroína, en cuyo caso es necesaria una intervención distinta o complementaria. El objetivo final es que quede libre de sustancias adictivas, no solo de la heroína.

[Documental donde se analiza el tratamiento de desintoxicación de heroína: desde la fase principal en la que supera el mono, tras una breve estancia hospitalaria, hasta el posterior seguimiento psicológico. Premiado al mejor video científico por la FAPE (Federación de Asociaciones de Periodistas Españoles)].

La desintoxicación es el primer  paso dentro de un  proceso terapéutico  a continuación de la cual se solicita, desde el centro de drogodependencia de referencia del adicto, una labor psicoterapéutica posterior, sin la cual, en la mayoría de los casos la recaída (o vuelta al consumo) es lo esperable.

 Una vez que el adicto esté físicamente libre de los opiáceos, comienza el proceso de deshabituación psicológica a los mismos (opiáceos) para la posterior reinserción social.

POST CRONOLÓGICOS SOBRE LA LÍNEA TEMÁTICA:




[1] Fármaco del grupo de los opiáceos, útil para el tratamiento de la adicción a otros opioides como la morfina y la heroína de manera similar al tratamiento con metadona. Fue comercializada por primera vez en Estados Unidos en la década de 1980 como ANALGÉSICO, con el nombre de Buprenex 0.3 mg/m inyectable. Su efecto analgésico se debe a su actividad de agonista parcial en lo receptores opioides

Comentarios

Entradas populares