Mindfulness XVIII: Práctica
Mindfulness XVIII
Práctica: La luminosidad de la conciencia
Por
Beatriz Santos
Necesitamos poner en práctica la meditación
para apreciar su valor.
En los primeros
estadios de la práctica de la meditación las cualidades que se obstinen son
la quietud, la estabilidad y la luminosidad de la conciencia también
llamado Samatha.
Encuentra un lugar
en tu casa u oficina donde puedas sentirte tranquilo y sin ser interrumpido, un
lugar donde puedas encontrarte confortable y seguro.
Meditar todos los días en este lugar te va a
permitir encontrar el hábito diario de la práctica.
Busca una manera
sencilla de sentarte en un almohadón con las piernas cruzadas, pero una delante de la otra en el suelo
(piso). Puedes alternar cual pierna poner delante cada día.
También puedes
sentarte en una silla si lo prefieres, adoptando una postura digna, con la
espalda separada del respaldo, recta y con el menor número de tensiones.
Prestar atención a
la sensación
de respiración refuerza la cualidad de la concentración y también
contribuye a un estado de relajación que nos conecta con nuestro cuerpo y puede
ser útil para el manejo del estrés.
Llevamos nuestra atención hacia
nuestro interior y llevamos nuestra atención a nuestro cuerpo y
tratamos de relajar y aflojar:
- nuestro rostro
alrededor de los ojos,
-los músculos de
nuestra espalda,
-los brazos,
-las manos y las
piernas.
Cuando hacemos meditación
y nos
centramos, por ejemplo en la respiración, tratamos de que nuestra
atención se mantenga fiel a un mismo objeto, sin cambiarlo, esto
sería lo opuesto a la mente de mono (mirar post XVII).
Comenzamos la práctica
llevando la atención a la experiencia de respirar, a
veces puedes sentir la respiración en la punta de la nariz, en las fosas
nasales o en el labio superior.
Otras veces, puedes
sentir la experiencia en el pecho o en los hombros y la espalda.
Otras veces puedes
sentir la sensación en la zona del abdomen y, en otras oportunidades, puedes
sentir la respiración en otra parte del cuerpo.
A medida que inhalas
y exhalas, puedes notar la sensación en todas las partes de cuerpo.
Solamente presta
atención a la experiencia de respirar y nota como es para ti en este momento, a
medida que inhalas y a medida que exhalas.
Comienza ahora abrir
un espacio para abrirte ahora al momento presente, tal cual es, abre un
espacio donde puedas ir observando y explorando todo lo
que pueda surgir en tu interioridad: pensamientos, emociones,
sensaciones físicas.
Obsérvalas,
explóralas, haz un espacio para dejar que estas experiencias se manifiesten y haz
de la respiración una herramienta poderosa para anclar la mente.
Ancla la mente en el aire que entra, en el
aire que sale.
Siente el pasaje del aire, por las fosas
nasales, por el tabique de la nariz.
No
intentes controlar la respiración, no intentes dirigir la respiración
hacia tal o cual lugar, simplemente siente que en este momento respiras.
En
este estado en que estas plenamente atento, te vas a dar cuenta, que la mente
no permanece por mucho tiempo en este sentido, que está respirando.
Se va a ir hacia el pasado, a algún
recuerdo. Se va a ir hacia el futuro,
pensando en algunas tareas que tengo que hacer, o va a empezar a emitir juicios
y comentarios, o comentar una historia, y a sentir y a invitarnos a
identificarnos con esa historia.
Intenta darte cuenta que cuando la mente se
va, simplemente obsérvala, siente la sensación del aire que entra y del aire que
sale.
Vuelve a explorar
esos pensamientos, emociones, sensaciones físicas y gentilmente, con paciencia, con
sentido del humor, vuelve a anclar la mente en el aire que entra y en el aire
que sale, que es un buen lugar donde estar.
Vuelve a darte
cuenta, que en este momento estás inhalando y exhalando.
Algunas personas
encuentran útil, a medida que sienten el aire entrar y el aire salir muy
suavemente, nombrarlas mentalmente: el aire entra, el aire sale.
Si la sensación la
estás sintiendo en el estómago, sube (cuando el aire entra), baja (cuando
el aire sale).
Sube, baja, sube,
Baja…
Termina esta práctica interiorizando y repitiéndote
(ya que yo no puedo lanzártelas suavemente) unas frases de OSHO
de su libro Tantra, Energía y éxtasis:
“Cuando en la noche más obscura puedes ver la mañana, entonces hay belleza, lo has conseguido.
Cuando en lo más bajo puedes ver lo más alto, cuando incluso en el infierno puede crear un cielo, entonces…entonces, te has convertido en un artista de la vida.
Y el tantra quiere hacernos artistas de la vida…, no negadores, sino grandes decididores del sí”.
Y poco a poco, comienzas a mover los dedos de
los pies y los pies; los dedos de las manos y las manos.
Nos estiramos y poco
a poco vamos abriendo los ojos…y, poco a poco vamos abriendo los ojos
lentamente…
¿Cómo te sientes?
Con este video subliminal puedes ayudarte para practicar la meditación y centrar tu atención en la respiración, pero no solo mientras estás practicando sentado, si no durante la vida diaria.
Voy a comenzar a
pedirte compromiso con la práctica meditativa. Empieza a encontrarte, a darte
cuenta de la respiración en la jornada diaria, desde que te levantes, hasta
que te acuestes, cada vez que seas consciente de tu respiración, para un momento y date
cuenta que estás respirando.
Utiliza la respiración como un
ancla, cada vez que sientas la respiración para unos instantes y
nota su ritmo, si es larga o corta, profunda o superficial. Solo nota como es,
sin cambiarla, sin juzgar, sin modificar.
En poco tiempo
notarás el cambio.
Feliz semana.
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