MISCELANEO XCIX. LA SORPRESA
LA SORPRESA
Por Beatriz Santos Dieguez
Existen diferentes maneras
de clasificar las emociones.
Cada autor realiza esta clasificación según su experiencia y sistema de trabajo. Si por ejemplo nos fijamos en la clasificación que realizaron Paul Ekman y Wallace Friesen en su libro publicado en 1975, la sorpresa aparece en el ranking como una de las seis emociones básicas.
Sin embargo, la Clasificación general de las emociones
más generalizada considera a la
sorpresa como una emoción secundaria.
Leslie
Greenberg, uno de los principales estudiosos de las emociones,
realiza una taxonomía diferente relacionada con la utilidad de la información
que estas (las emociones) nos dan.
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Leslie Greenberg |
No obstante, lo verdaderamente
importante es lo que las emociones nos
transmiten, y como a partir de ello poder realizar un trabajo de utilidad
con ellas para nosotros y quienes nos rodean, porque al fin y al cabo, forman
parte de nuestras vidas, y en muchas ocasiones nos encontramos secuestrados por
ellas.
Hoy, vamos a conocer un
poco más a la sorpresa.
Como toda emoción, la sorpresa es adaptativa. Se produce de forma repentina y desaparece con la misma
rapidez, pudiéndose transformar en cualquier otra emoción.
Ocurre como reacción a un evento o suceso inesperado, novedoso,
imprevisto, casual o desconocido que es discrepante
con los esquemas que tenemos en
nuestra mente, llevándonos a desencadenar una serie de procesos que ocurren muy
rápidamente y de manera abrupta.
Las situaciones más
frecuentes que nos producen sorpresa
son las siguientes:
-Estímulos novedosos.
-Interrupción inesperada
de una actividad en curso.
-Los aumentos bruscos en
la intensidad de algún estímulo. Por ejemplo, cuando alguien nos está hablando
en un tono normal y de pronto da un grito.
Por la cantidad de estímulos que pueden intervenir
en la sorpresa, es difícil definir
la sensación que nos produce, actuando,
en muchas ocasiones, como preludio o prólogo
de otra emoción. Siendo esta naturaleza
de prólogo la que la hace la más breve, fugaz e inesperada de las
emociones.
En principio, la sorpresa es neutra. Su positividad o negatividad está marcada por la emoción que le sigue: Alegría cuando la sorpresa es agradable y tristeza, rabia o miedo cuando se trata de algo desagradable producto de la sorpresa.
Es una emoción poderosa, tal vez la que más,
por la gran capacidad que posee de dirigir la atención hacia eventos diferentes,
y altruista porque facilita la
reacción emocional y conductual posterior, a partir del análisis de la
situación novedosa. Así nos prepara para pasar rápidamente a otra emoción.
Bien utilizada puede ayudarnos enormemente
porque colabora a estar preparados para
aquello que nos va a ocurrir, predisponiendo a nuestro cuerpo hacia lo que está
por venir y de esta manera, afrontarlo mejor.
Su valor es inestimable
por la consecución de objetivos buenos que es capaz de provocar: Facilita
procesos atencionales, conductas de exploración y curiosidad ante situaciones
extrañas, dirigiendo los procesos cognitivos a la situación que presenta.
Su finalidad consiste en que nos relacionemos más eficazmente con el
medio que nos rodea, permitiéndonos afrontar
de manera eficaz los cambios inesperados y sus consecuencias; facilitándonos
actuar adecuadamente ante estos cambios, tanto emocional como conductualmente.
Ello es posible porque interrumpe cualquier otra actividad que estemos realizando, posibilitándonos focalizar toda nuestra atención en aquello que nos sorprende. Lo cual es un facilitador al comenzar y adentrarnos en un proceso de salud mental .
En cuanto a los efectos
fisiológicos específicos, relacionados con el funcionamiento del organismo que
se producen, el más característico es el denominado “mente en Blanco”, creado porque
la situación en que se presenta nos coge desprevenidos y porque es
difícil dar una explicación a lo que justo en ese momento está ocurriendo.
Debido al incremento momentáneo de la actividad neuronal
que se detecta por una desincronización momentánea, corporalmente aparecen unas
características determinadas.
En el rostro de la persona
puede aparecer:
-Elevación del párpado
superior.
-Elevación de las cejas.
-Apertura de la boca. Y
-Descenso de la mandíbula.
En el resto del cuerpo:
las rodillas se encorvan y el cuerpo se inclina hacia delante, retirándose
nuevamente hacia su postura original, posteriormente.
Igualmente, cuando la sorpresa aparece utilizamos expresiones con sonidos como Ah!, Vaya!, Oh
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Sector de las ventas. |
En el sector de las ventas logra dirigir la atención hacia aquello que se está
contando sobre el producto o servicio que se pretende vender.
En el terreno educacional es muy valiosa cuando se logra sorprender a los alumnos para que presten atención hacia aquello que se está transmitiendo a través de las explicaciones.
En el campo de la psicología su principal utilidad procede de la capacidad que
posee de poder parar, de manera
abrupta, todo pensamiento que la persona tiene, siendo esto lo que le da su potencial, para dirigir a la persona
hacia un objetivo concreto.
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