LÍNEA MISCELÁNEA LXXXV. VERÓNICA Y LA FRAGILIDAD
VERÓNICA Y LA FRAGILIDAD
Por Beatriz Santos Dieguez
La fragilidad es la capacidad de un material de fracturarse debido a su escasa o nula capacidad de deformación permanente (wikipedia)
Acabamos de despedir a Verónica.
En ella, la fragilidad de su figura solo era un símbolo de la delicadeza que emanaba de su persona física, hasta que la ductilidad y capacidad de representar diferentes personajes se opacó por una posible interpretación de incomprensión del mundo que la rodeaba, o incluso de comprenderse a ella misma.
Porque ella era dúctil.
Verónica: actriz que ha entrado en muchas de nuestras casa sin mayor ruido que el que se ha producido en su despedida.
Verónica Forqué |
Verónica entró en todos o casi todos nuestros hogares sin hacer mucho ruido, pero tampoco dejándonos indiferentes. Ella llenaba todo. Su sonrisa, su manera de hablar, su forma de acercarse a la cámara…Todo en ella era propio, y a pesar de su vocecita dulzona, y bailable, y su cuerpo menudo y frágil, se la veía grande, poderosa. Transmitia ese poder que tienen quienes ignora que lo poseen, y justo lo poseen porque lo ignoran. De ahí que cuando entran en el torbellino de sus contradicciones, solo nos percatamos del torbellino, y este nos molesta, y nos molesta porque nos arrastra, y nos arrastra porque ellos mismos son arrastrados por la poderosa fuerza que poseen a pesar de sus contradicciones, y lo que es peor, la contradicción que reina en ellos.
Y…es que es muy difícil
salir del pozo cuando hemos caído a él…
Enredarnos en este
galimatías tampoco nos va a devolver a Verónica
Forqué ni a otros muchos que se han
ido de manera parecida porque ya no
podían más. Así es que esto es un simple apunte, hacia esta mujer que
siempre hemos visto con la sonrisa puesta, el cantico en su voz, y esa alegría que transmitía en sus ojos. Aunque en sus últimas apariciones solo
hemos podido comprobar las incoherencias que se veían a través de un programa, y el malestar que estas
causaban.
En realidad, en el fondo,
debería servirnos para darnos cuenta qué
estamos haciendo como sociedad.
Me temo (esta vez voy a ser pesimista) que esto se quedará ahí, en nuestra reflexión particular, y si llega a las altas esferas será en acusaciones de unos y otros, poniéndose verdes y desgastando a la ciudadanía mientras ellos permanecen en sus luchas de poder arañando y empozoñando para ver quien consigue más votos y despedaza al otro, sin visos de soluciones reales.
Lo último que vimos de Verónica
nos disgustó, y ahora, sería un desatino
acusar a sus compañeros de programa.
Ahora es el momento de
reflexionar sobre qué está pasando en esta sociedad, y
comenzar a utilizar herramientas útiles y beneficiosas para una mayoría, las cuales están muy lejos del congreso de los diputados, donde sus componentes son, en la
mayoría (no todos), incapaces de mirarse
más allá de su propio ombligo, en luchas de poder estériles para los
ciudadanos; preocupados únicamente de encuestas después de escupir el mayor de
los disparates.
Y mientras este tema de la salud mental siga en estado de reposo, seguiremos alimentando el lobo que destroza todo el rebaño para engordar y después estallar.
Soy optimista por
naturaleza, pero situaciones como las transmitidas me alejan de la concepción
en la que durante mucho tiempo he querido creer: “la bondad del ser humano”…
Adiós Verónica. Espero y deseo que encuentres la dulzura que transmitías en tus películas, fuese el que fuese el papel que desempeñabas. Parece que esa dulzura traspasó la cámara y pudieron gozarla aquellos que estaban cerca de ti.
Así mismo, me gustaría y deseo de todo corazón, que tus últimos compañeros de equipo en MasterCheff no se sientan culpables, porque ellos también han sido víctimas, y lo que a ti te pasaba ellos no podían remediarlo.Mi
tremenda admiración a ti y a todos ellos. Así como a todo el equipo de MasterCheff.
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