MISCELÁNEO XLII. CONCIENCIA Y CONSCIENCIA
CONCIENCIA Y CONSCIENCIA
Por Beatriz Santos Dieguez
Cuando
adviertas que para producir necesitas obtener autorización de quienes no
producen nada;
Cuando
compruebes que el dinero fluye hacia quienes no trafican con bienes sino con
favores;
Cuando
percibas que muchos se hacen ricos por el soborno y las influencias más que por
su trabajo,
Y
que las quejas no te protegen contra ellos sino, que por el contrario, son
ellos los que están protegidos contra ti;
Cuando
descubras que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un auto-sacrificio,
Entonces
podrás afirmar, sin temor a equivocarte, que tu sociedad está condenada. (Ayn
Rand)
La cita que encabeza el post aparece en 1950 y
pertenece a la escritora y filósofa norteamericana (nacida en San Petersburgo
el 2 de febrero del 1905) Alissa Zinovievna Rosenbaum, a quien se
la conoce en el mundo de las letras como Ayn
Rand.
Al traer a
colación estas palabras, no pretendo dar luz al movimiento objetivista fundado por Ayn Rand, ni al debate y contradicciones que ha dado lugar tanto
ética como social y políticamente, a lo
largo de la historia del siglo XX su autora, fundamentalmente en Estados Unidos
(en Europa sus escritos tuvieron un impacto muy inferior al que surgió en
Norteamérica, donde incluso a sus ideas literarias y filosófica se las acusa de sectarismo, debido
a la influencia que tuvo en los sectores económicos y políticos y a sus
seguidores que otrora se convertirían también en detractores).
Sin embargo, en los tiempos que corren, me ha parecido que estas palabras generan una forma de conciencia de lo que a
nivel global (siempre teniendo en cuenta las excepciones) está ocurriendo y, por
tanto, pueden servir más como una puerta que al abrirse nos muestra las
distintas opciones a seguir (centrarnos en las soluciones), que la entrada a
una estancia compacta y completamente confeccionada y terminada (el problema).
El
Factor conciencia es importante tanto a nivel individual (tener consciencia de cómo nos sentimos), como a nivel global.
Nuestro sistema
emocional, nuestro psiquismo, está influenciado (y en principio constituido)
por todo lo que ocurren tanto en nuestro
interior (Consciencia) como en
nuestro exterior (Conciencia). El darnos cuenta de ello es ser conscientes, lo cual nos lleva a tomar conciencia.
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ENRIC CORBERA |
La
consciencia permite el trabajo de ir desmontando las creencias que nos limitan y favorece el hábito de encontrarnos en el presente mediante prácticas y técnicas que están al alcance de
todos nosotros. Ello es posible, a través de un
proceso.
A lo largo de la historia, la civilización ha seguido caminos y senderos
tortuosos, en los que cada giro ha sido guiado por una conciencia colectiva autocorrectora y evolutiva.
La supervivencia se basa en la capacidad individual de
evaluar y reaccionar con precisión la información procedente del entorno.
El
entorno es todo lo que existe a nuestro alrededor.
Nuestro alrededor es nuestra sociedad, la sociedad en
la que nos desarrollamos, las familias en las que nos criamos, los amigos con
quienes nos juntamos, y todo lo que ocurre fuera de nuestro cuerpo.
En este entorno
se plantean y aparecen unos principios y unos valores que imperceptible
y continuamente van tomando forma. Estas formas son las Creencias .
Las
creencias van filtrándose
a modo de agua subterránea en nuestro
interior,
configurando un paisaje por dentro sobre el que caminamos, sin apenas darnos
cuenta que lo hacemos, atados a todo lo
que ha ido penetrando. Ellas están detrás
de muchas de nuestras reacciones.
Para cambiar las creencias (limitadoras) es necesaria la toma de conciencia, mediante un proceso en el
que mente y cuerpo va apareciendo como una unidad indisoluble e informando, mediante la Consciencia, de nuestras
verdaderas necesidades, permitiendo que vayan apareciendo las distintas
posibilidades y potenciando el camino hacia ellas.
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