LÍNEA PSICODINÁMICA XXIV. NEUROSIS Y PSICOSIS
NEUROSIS Y PSICOSIS
Por Beatriz Santos Dieguez
Cuando el psicoanálisis como metodología comienza a ponerse
en práctica en el campo de la clínica, se pasa del tratamiento de los enfermos
mentales en los manicomios (con los métodos que hasta el momento se utilizaban)
a la escucha de las posibles causas que pudieran motivar los trastornos que el
paciente exhibía.

Ya hemos comentado,
en otras ocasiones, que el psicoanálisis como metodología fue un
trabajo de tremenda disciplina, puesto
al servicio de la clase médica por Freud,
a quien todos, hoy, reconocemos como su
padre.
Sin embargo, también
es importante tener presente que todo método cuando nace, es susceptible de ser modificado en parte,
ampliado, restringido e incluso rebatido en una, varias, o todas sus premisas, y así lo entendía
Freud. De hecho, así funciona el método
científico para ser científico (ser susceptible de refutación).
Freud pone en marcha el motor de psicoanálisis, sus
coetáneos y sucesores han ido modificando, ampliando o acotando aquello que se
adaptaba a la sociedad y el momento.
Indiscutible, por
tanto, que el psicoanálisis que hoy se practica en la clínica, difiere bastante
del psicoanálisis que nace en Viena a finales del siglo XIX, tanto como el
hecho incuestionable de la aportación de conceptos e instancia sin los cuales
las ciencias, sobre todo la ciencia
psicológica, no serían lo que son, ni podrían haber llegado donde está.
Todos hemos oído hablar del Inconsciente, y hoy sabemos, de manera palmaria, de su participación en nuestro mundo emocional y en nuestros procesos conductuales.
En el mundo del psicoanálisis los trastornos o enfermedades
mentales, en principio, quedan divididas
en Neurosis y Psicosis, y su
aparición, en una u otra categoría, va a depender de la estructura interna que
las personas tengamos cuando se produce un desequilibrio, normalmente causado por lo que podemos llamar Trauma.
Explicar el proceso o la dinámica del trastorno o
enfermedad, es lo que hace la metapsicología freudiana, mucho menos conocida a
fondo de lo que se pretende, cuando se
intenta denostar el psicoanálisis en su totalidad dotándole de una falta total
de eficacia y de empirismo (tal como el método científico al uso exige).
Pues bien, remitiéndonos a la sociedad Vienesa de finales
del siglo XIX (pero que sigue vigente en la actualidad), las
Neurosis eran trastornos que afectaban al individuo que las padecía
principalmente, aunque colateralmente este comportamiento terminaba afectando
al entorno, siendo el sujeto el sufriente, y la culpa un síntoma de que algo iba mal.
En las Neurosis el sujeto entra en
Conflicto entre el deseo de lo que quiere, y lo que le viene impuesto por la
sociedad (en la que vive).
En las Neurosis, el sujeto es consciente de la realidad y
vive según las reglas que la sociedad le impone, de ahí el conflicto. El
neurótico es consciente de su enfermedad y esta le causa sufrimiento.

En las Psicosis, la característica fundamental es la
pérdida del sentido de la realidad.
La interpretación personal de la realidad
por parte del sujeto es difícil de entender por parte de quienes pertenecen a
su mismo ambiente cultural, social, familiar…
El sujeto no es consciente
de esta pérdida del sentido de la realidad (o que él interpreta la realidad
de forma distinta al resto de su entorno), y por tanto, no siente que esté
enfermo.
Está pérdida del contacto de la realidad es producido bien
por alucinaciones, por delirios o por ambos.
En la psicosis el sujeto puede cometer un acto violento,
incluso un asesinato llevado por esta falta de ajuste a la realidad.
El afrontamiento de las terapias es completamente distinto en cada una de las
categorías citadas (neurosis y psicosis). Pero en ambos casos hay un trastorno de fondo, es decir, se considera
una enfermedad, que como tal puede ser tratada, aunque la gravedad y la
dificultad en las psicosis las hace mucho más resistentes que en las
neurosis.
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