Mindfulness XXI: Práctica

Mindfulness XXI. PRÁCTICA


Por Beatriz Santos


 Tu cuerpo. Tu hogar en la tierra

Tu cuerpo y el universo constituyen un mismo campo de energía, información y conciencia. El cuerpo es tu conexión con la computadora cósmica, que organiza simultáneamente una infinidad de sucesos. Al escuchar tu cuerpo y responderle de manera consciente accedes al campo de las posibilidades infinitas, un lugar donde de manera natural se experimenta paz, armonía y alegría. 
(Deepak Chopra, La receta de la felicidad)

Esta semana vamos a dedicar la práctica a sentir nuestro cuerpo puesto que transitamos con él allá donde vamos.

Nuestro cuerpo siempre está en el presente, y las sensaciones que sentimos a través de él siempre son en el presente.

Sintamos el presente a través de nuestro cuerpo.


Hazte de  una manta, colchoneta  o esterilla donde puedas tumbarte. Busca un lugar cálido y silencioso donde te sientas confortable y elige un momento en el que no seas interrumpido por nada ni por nadie. Apaga tu móvil (celular) y avisa de  no ser interrumpido. Este es un momento que te regalas para estar contigo mismo/a, aceptando todo lo que surja en el momento presente.

Vas a realizar una meditación de escaneo de partes de tu cuerpo en la posición de acostados. El lugar que habitualmente utilizas para dormir es desaconsejable porque un condicionamiento muy común en esta posición de acostados es la tendencia a quedarse dormidos.

La manta o colchoneta te protegerá de la dureza del suelo, y si te das cuenta que te entra sueño puedes inhalar y expirar profundamente tres veces para volver a llevar la atención al cuerpo y a la meditación.
A medida que avances en el escaneo de partes de tu cuerpo puede que tu mente condicionada se vaya al futuro o al pasado perdiéndote parte del escaneo: cuando te des cuenta que tu mente se ha ido, simplemente vuelves a llevar la atención al ejercicio, con amabilidad, sabiendo que la mente va a volver a irse.

Durante la toma de conciencia de las distintas partes de tu cuerpo es posible que aparezcan distintas sensaciones. Si estas son agradables la tendencia de la mente es querer permanecer en ellas. Si la sensación es desagradable la tendencia de la mente es querer que la sensación desaparezca.
Simplemente cuando aparezca cada sensación reconoce las diferentes tendencias de la mente.
Si aparece un pensamiento no intentes cambiarlo simplemente procura ser un observador curioso pero desapasionado.



Una vez tumbado (con tu cuerpo mirando hacia el techo) en la colchoneta o manta, alinea la cabeza, mantén los brazos a ambos lados de los costados del cuerpo y extiende las piernas.Comienza a sentir los distintos apoyos de tu cuerpo en el suelo:

Siente el apoyo de la cabeza, de la espalda de los glúteos, piernas y brazos.

Mantén los brazos con las palmas de las manos mirando hacia arriba.

Tal vez sientas la necesidad de hacer una pequeña corrección. Hazla ahora.


Date cuenta en este momento que estás respirando y al hacerlo comienza a percibir, a sentir el movimiento del pecho y del abdomen: como el pecho y los hombros, tal vez, se elevan al inhalar, y también el abdomen… y como al exhalar este baja y también el pecho y los hombros. No trates de emitir juicios ni de pensar que estás respirando de la manera correcta o incorrecta, esto sería simplemente pensar.

Comienza a abrirte poco a poco a las sensaciones del cuerpo.



Poco a poco vas a llevar la atención, con gentileza y con mucho tacto, AL PIE DERECHO. Comienza a darte cuenta, a percibir las sensaciones que hay en el talón, en la planta del pie, en los dedos del pie derecho; trata incluso de percibir las uñas de los dedos. Trata de percibir cualquier sensación que se produzca, como un cosquilleo, la temperatura, etc.

Deja ser y siente cualquier sensación que aparezca.

Es posible que aparezca algún pensamiento indicando que la sensación es de tal o cual manera, o tal vez te estés diciendo que no sientes nada.

Si no sientes nada, registra que no estás sintiendo nada. Date cuenta en este momento que no sientes nada.

Recorre el contorno del pie, toda la planta del pie y busca sin objetivos, sin intentar encontrar nada, cualquier sensación que pueda haber.

Lentamente, lleva la atención AL PIE IZQUIERDO, date cuenta de la temperatura,


  • Del apoyo del pie.
  • La posición del pie y trata de percibir las sensaciones, sin intentar pensar en una sensación o en como deberías estar sintiendo en este momento.
Simplemente ábrete a la experiencia y descubre  cualquier tipo de sensación.

Trata de no poner nombre.

Tal vez descubras alguna sensación  que nunca antes habías sentido, pero no trates de poner un nombre, de pensar si está bien, si está mal.

Simplemente siente, percibe, explórate.

Poco a poco comienza a recorrer LA PIERNA DERECHA, hasta llegar a la rodilla derecha y siente cualquier sensación en esta zona.

 Lleva la atención a la piel, a la parte trasera de la rodilla y siente, suelta.

Suelta cualquier pensamiento, cualquier juicio que tengas en este momento, simplemente dándote cuenta, tal vez, que estás emitiendo juicios… Y amablemente, con mucho cariño, vuelve a sentir la rodilla.
En este hecho simple de sentir la rodilla puede ser que te des cuenta que aparece una sensación y que la mente tiende a ponerle un nombre, decir si es bueno, si es malo, si es doloroso, y en tal caso, tal vez quiera rechazar esta sensación.

Esto son pensamientos. Explora, métete, siente. Lo que hay en este  momento no es bueno ni malo.

Lentamente comienza a percibir y recorrer la PIERNA IZQUIERDA, llega a la rodilla izquierda.

Percibe el contorno, la forma, la temperatura.

La parte de atrás de la rodilla y simplemente libera, libera tensiones, si es que las hay. 

Sé detallista. Trata de explorar la rodilla poco a poco, milímetro a milímetro.

Siente, explora, abre la rodilla, con atención plena, dándote cuenta que estas en este momento, simplemente y solamente  explorando y sintiendo tu rodilla izquierda.

Cuando lo desees, cuando estés preparado/a ves subiendo lentamente por tus piernas  hasta llegar a la zona de los GLÚTEOS. Explora las sensaciones que puedan llegar a aparecer e incluye la zona de la PELVIS.

Simplemente lleva la atención a esta zona y explora.

Esta es una atención focalizada en la zona de tu pelvis.

Está atento/a a tus pensamientos.

Pero cuando surja un pensamiento y  tú te das cuenta de que es un pensamiento y tratas de que suceda algo, de que algo sea distinto, y emites juicios, tal como que es una sensación placentera o una sensación displacentera, entonces te das cuenta de que en realidad las sensaciones son sensaciones.

Placenteras o displacenteras es un pensamiento, es un juicio que hace la mente en este momento sobre las sensaciones.

Explora, explora y vuelve a llevar la atención, si es que se ha ido con un pensamiento, y percibe esta zona que está llena de sensaciones.

Date cuenta de cualquier sensación que aparezca y permanece en la sensación, intérnate en la sensación, date cuenta si estás reaccionando a alguna sensación, si quieres permanecer en la sensación o si quieres rechazar la sensación.

Simplemente deja ser la sensación tal cual es.

Siente ahora el apoyo de los glúteos.

Tal vez quieres comenzar del lado derecho. Date cuenta del peso de esta zona, como el peso del glúteo sostiene esta zona.

 Lleva la atención al glúteo izquierdo, siente el apoyo, siente el peso. Esta es una zona que está muy cerca de la cintura, esta es una zona de muchas  tensiones y especialmente, muchos de nosotros sentimos alguna clase de dolor. Esta es una oportunidad para entrar en la sensación, para entrar en el dolor, si es que lo hay.

Permanece en el dolor, permanece en la sensación, explora, ábrete, deja ser  la sensación mientras que tú eres un OBSERVADOR DE LA SENSACIÓN.


Y vamos terminando esta práctica eligiendo una de las SENSACIONES sentidas en la misma.

Sentimos esta sensación desde la atención lúcida y ecuánime, sin demostrar simpatía ni antipatía por ella captando el momento a momento, internándote, abriéndote a la sensación y simplemente percibe.

Permanece un momento en silencio, manteniendo la atención en la zona y en la sensación elegida.

Antes de ir subiendo tranquila y suavemente tus párpados  vas a repetir:


Lo que sea que ocurra a continuación es lo correcto. Lo que necesito en lo más profundo se me dará automáticamente.

Internaliza estas palabras. Nosotros nos reencontramos en breve.


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