LÍNEA PSICODINÁMICA XLI. ELLO, YO Y SUPER-YO. PSICOANÁLISIS Y PERSONALIDAD
ELLO, YO, SUPER-YO
PSICOANÁLISIS Y PERSONALIDAD
Por Beatriz Santos Dieguez.
La
personalidad marcará la forma en la que cada uno se
desenvuelve en lo social y se enfrenta a sus conflictos internos y externos.
De acuerdo con los postulados freudianos, la personalidad
es un entramado de conceptos, teorías y
explicaciones sobre la mente, la energía psíquica y la naturaleza humana.
Como venimos viendo, Freud se refería a la mente humana como “Aparato psíquico”, el cual está compuesto por diferentes partes,
cada una de las cuales tiene sus funciones.
Algunos aspectos de la personalidad son primarios y conllevan a que la persona actúe según sus impulsos más básicos, mientras que otras partes de la personalidad se encargan de regular tales impulsos (adaptándolos a las exigencias de la realidad.). A esta parte la denominamos proceso secundadio.
Para describir la mente humana y su conducta, Freud desarrolla sus modelos, dentro de los cuales aparecen las dos tópicas que hacen referencia a las estancias de la psique, en las que se desarrollan los diferentes procesos que explican nuestro comportamiento.
En la primera tópica, desarrollada muy al comienzo de su metapsicologia, y que es descrita en el Modelo Topográfico, habla de tres
niveles, que son Consciente,
Preconsciente e Inconsciente; mientras que en la segunda tópica, desarrollada en el Modelo Estructural (a partir de 1920), las entidades que lo componen son el Ello, el Yo y el SuperYo.
Vamos a centrarnos en
estas entidades.
El
ELLO. Es el producto de la evolución
Está presente desde el
nacimiento
Se rige por el instinto y
el principio del placer.
Pertenece a las primeras
etapas del desarrollo, donde la ética y la moral no han hecho incursión y, por
tanto, la capacidad de discernir entre el bien y el mal tampoco.
Al no tener en cuenta las limitaciones sociales ni las del mundo externo al infante, es necesaria una segunda parte que medie entre el mundo y el Ello.
El
YO. Se ocupa de que podamos tener relaciones sanas con
los demás.
Es la resultante de la interacción de la persona con la realidad objetiva.
Nos permite reconocer las
acciones que realizamos y a poder optar el camino a seguir.
Se empieza a desarrollar a
partir del tercer año de vida, etapa en la que el niño comienza a relacionarse
con los estímulos de su entorno, aprendiendo que no siempre puede satisfacer
las necesidades el ELLO porque en el
mundo externo habitan personas que también tienen sus propias necesidades.
La
función del Yo, por tanto, es conseguir que se puedan
satisfacer las necesidades del ello,
regulándolas con las condiciones que vienen impuestas del mundo exterior (los
otros), teniendo en cuenta que hay más personas con sus respectivas necesidades.
El Yo tiene como fin cumplir de manera realista los deseos y
demandas del ELLO y a la vez
conciliarnos con las exigencias del SuperYO.
El
SUPER-YO. Aparece a los 6 años más o menos. Es la
parte que contrarresta al Ello.
Es la instancia en la que
se desarrollan nuestra capacidad de autoevaluación,
crítica y reproche.
Está relacionado con la
interiorización de los mandatos sociales, culturales, religiosos y familiares.
Representa los pensamientos morales y éticos adquiridos y
aprendidos por la cultura, la sociedad y la familia. Por lo que en su
formación participan tanto los padres, como los maestros, los religiosos y la
sociedad en la que el niño va desarrollándose,
Su
objetivo es la adaptación a la sociedad: Controla
y regula aquellos impulsos cuya expresión descontrolada pondría en peligro la
estabilidad de la sociedad.
En definitiva, el Super-YO es el producto de la socialización y el vehículo de la tradición cultural.
Dentro de la personalidad, el Super-Yo es el representante de los Valores e ideales tradicionales de la sociedad.
El
Super-Yo se divide a su
vez en dos subsistemas: La Conciencia y
el Yo Ideal.
La
Conciencia es la parte que permite la auto-evaluación y percepción de uno mismo y que se traduce en crítica y castigo. De esta manera, si
la persona sucumbe a los impulsos del ELLO
siente malestar por ello y se siente culpable.
El
Yo-Ideal. Es la referencia y guía con la que el Super-yo compara nuestros actos.
El
Yo-Ideal es la representación
ideal de lo que querríamos o deberíamos ser de acuerdo con lo impuesto por
la sociedad
La
capacidad que tiene una persona para resolver sus conflictos
internos en etapas específicas de su desarrollo determina en gran medida su capacidad futura de afrontamiento y su
madurez en la adultez.
Para el psicoanalista, la
personalidad humana es producto de la lucha entre nuestros impulsos
destructivos y la búsqueda de placer, sin dejar de lado los límites sociales
como entes reguladores.
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