MISCELÁNEO LXXXIX. EXISTIR.. EL EXISTENCIALISMO. EXISTENCIALISMO Y PSICOLOGÍA.

 EXISTIR.

EL EXISTENCIALISMO

EXISTENCIALISMO Y PSICOLOGÍA

Por Beatriz Santos Dieguez

La sabiduría interna es lo único que puede compensar al  descontento humano (Soren Kierkegaard)

Existir, según una de las acepciones de la RAE, es tener vida. Pero también es lo que se dice de una cosa: “ser real y verdadera”, y estar, hallarse o haber.

Existir es estar y sentir que se está.

Existir es vivir, y tener consciencia de ello, agregando sentido a esa vida.

El existencialismo es un movimiento filosófico que surge a comienzos del siglo XIX. Sus autores más destacados son Soren Kierkegaard, Friedrich Nietzsche,  Arthur Schopenhauer (1788-1870) o Fiódor Dostoievski (1821-1888) que entrando  en conflicto con ideologías predominantes de su tiempo se comprometieron con la exploración de la realidad y la forma en que esta se experimenta.

Este grupo de autores investigaron sobre el significado de la existencia humana, tratando de recuperar la importancia de los sentimientos, tocando temas como el libre albedrío y la capacidad de elección, así como la individualidad y la responsabilidad personal en cada elección.

Los existencialistas enfatizan la importancia del significado de la vida y la capacidad de cada persona para elegir libremente, rebelándose, al igual que hicieron los autores románticos (que consideraban que los sentimientos y las experiencias interiores era el camino más válido para entender el comportamiento humano) contra el racionalismo, el empirismo y el sensacionalismo.

Soren Kierkegaard, filósofo danés considerado el padre del existencialismo declaró “existo, luego pienso”, en contraste con las palabras de Descartes “pienso, luego existo”.

Friedrich Nietzsche introdujo las idea de libre albedrio y de responsabilidad personal.

La Psicología Existencial es una de las muchas ramas de la psicología, que surgió en Europa antes de la segunda guerra mundial y se desarrolló depues, en paralelo con el existencialismo filosófico.

Uno de los elementos claves de la orientación existencial es que el pasado no determina la historia del paciente, aunque se tiene en cuenta para comprender las implicaciones  que este ha podido tener en la persona y en el estado actual en el “aquí y el ahora”.

Los principios básicos del existencialismo son:

-El ser humano es electivo y, por tanto, capaz de elegir su propio destino.

-El ser humano es libre para establecer sus propias metas de vida.

-El ser humano es responsable de sus propias elecciones.

El trabajo de Martin Heidegger (1889-1976)  es considerado como el puente que une a la filosofía existencial, con la psicología existencial, empleando el método fenomenológico para analizar la totalidad de la existencia humana.

Con el término “dasein”que significa existir-en-el-mundo,  M. Heidegger nos muestra que existir es convertirse en algo diferente constantemente, cambiar.

“Los hombres eligen la naturaleza de su propia existencia” (M. Heidegger).

Contemporáneos de  M. Heidegger como Binswanger (1881-1996) Royo May (1909-1994), Irvin D. Yalom (1931) o Viktor Frankl (1905-1997), comenzaron a reconocer la importancia de experimentar en términos de lograr el bienestar psicológico.

Binswanger aplicó la fenomenología a la psiquiatría. Su objetivo fue integrar los escritos de Heidegger y Husserl con la teoría psicoanalítica (estudió psiquiatría con Bleuler y psicoanálisis con Jung. Fue uno de los psicoanalistas freudianos en suiza). Adoptó la noción de Dasein de Heidegger y denomino Daseinanálisis o análisis  existencial a su enfoque sobre la terapia.

Royo May  trabaja en psicoterapia con un enfoque existencialista, introduciendo el existencialismo de Heidegger en la psicología americana.

Afirma que la tarea del terapeuta consiste en que el paciente comprenda que su esencia es material y mortal, lo cual impregna  la vida de un impulso para seguir en ella.

Su tipo terapia requiere un compromiso por parte de los pacientes para comprender que las vidas que vivian no eran las que realmente ellos creían y querían vivir.

A Irvin  D. Yalom, hijo de inmigrantes judíos polacos,  se le conoce además de por su labor como catedrático de psiquiatría en la universidad de Stanford y como uno de los principales representantes de la psicoterapia existencial en el continente americano, como ensayista y cuya primera novela El día que Nietzsche lloró (1992) se convirtió en uno de los libros más vendidos en Estados Unidos, y el más vendido en Israel, reconoce que existen cuatro problemas humanos básicos, sobre los que bascula la problemática del cliente y, por tanto, estos deben actuar como marco sobre el que el terapeuta ha de identificar el problema del cliente, para conceptualizarlo y posteriormente encontrar el tratamiento adecuado.

Estos cuatro problemas son:

1-El aislamiento existencial

2-El sinsentido de la existencia.

3-La mortalidad. La inevitabilidad de la muerte.

4-La libertad y consiguiente responsabilidad.

Aunque en un comienzo era escéptico respecto a los  beneficios de la Terapia de Grupo, al darse cuenta que esta producía dinámicas que aumentaban la curación de sus componentes, al tiempo que  desafiaban al terapeuta, la desarrolló como método, comprobando que la labor del terapeuta en ella consistía en facilitar la experiencia de cohesión, apoyo e integración entre los miembros del grupo, y que ello proporciona el motor del cambio en los miembros individualmente.

Viktor Frankl merece un tratamiento aparte.

La Terapia existencial ayuda al cliente a  entender como y por que a veces se siente como se siente, enfatizando el hecho de  que los problemas de salud mental con frecuencia son causados por luchas con la existencia.

Parte del principio de que cada ser humano es único en el mundo pero a la vez anhela estar conectado con otros seres humanos, y que justamente es este anhelo el que da cuenta de la aparición de ciertos conflictos internos, que derivan de la confrontación de la persona con los principios de la existencia.

Uno de los objetivos principales de la Terapia Existencial es acompañar a las personas que se enfrentan a ansiedades de la vida de frente, y abrazar la libertad de elección que los seres humanos tenemos, teniendo plena responsabilidad de estas opciones cuando las realizamos.

La terapia basada en la psicología existencial tiene como tema central el perfeccionamiento del sujeto y su evolución, aplaudiendo las capacidades humanas y animando a las personas a asumir la responsabilidad tanto de sus éxitos como de sus fracasos.

El abordaje terapéutico es el encuentro entre dos personas que existen y que se reúnen en ese momento en un lugar concreto que es el consultorio del terapeuta, el cual acompaña al consultante en el proceso de afrontar sus conflictos internos a través de herramientas como ampliar su autoconciencia. Es decir, la finalidad consiste en  que el paciente tome conciencia de lo que siente en forma clara y profunda.

El terapeuta existencial acompaña al cliente, paciente o consultante en el proceso de encontrar el camino que le lleve a vivir más auténticamente, guiándole para que tome posesión de su vida, encontrándole un sentido a la misma, y viviéndola plenamente  en el presente.