Mindfulness X: El tabaquismo

Mindfulness X

Drogas de consumo legal: El Tabaquismo



Por Beatriz Santos

Drogas legales son aquellas cuya venta y consumo no están prohibidas por la ley. Entre ellas se encuentran algunos medicamentos que se compran con receta médica, el tabaco (cigarrillos, puros, etc.) y las bebidas alcohólicas (vino, cerveza, ginebra, coñac, etc.).  
En un post anterior, concretamente en el VII, hablamos de los tipos de drogas, clasificándolas en legales e ilegales. En este post hablaremos de las drogas legales y nos centraremos en el tabaco o tabaquismo.
Durante las décadas de los años 70 y 80 se descubrieron los procesos neurológicos y conductuales fundamentales de la adicción. Hallazgos estos, que nos llevan a aceptar que la nicotina  tiene un potencial adictivo similar al de la cocaína o los opiáceos, por tanto es lícito considerarla una droga más al uso.
 En la actualidad el tabaquismo se considera un trastorno adictivo crónico con una elevada tendencia a las recaídas. La supresión de la nicotina (sustancia responsable de producir la adicción) produce en el fumador una serie de síntomas entre los cuales se encuentra la ansiedad.
El tabaquismo sigue constituyendo hoy día un grave problema de salud pública siendo la primera causa evitable de muerte a pesar de que en las últimas décadas vienen haciéndose campañas exhaustivas sobre los males que provoca la nicotina, y de la puesta en marcha de la ley antitabaco de España de 2006[1] que prohíbe fumar en lugares que hasta esa fecha estaba permitido, como los lugares de trabajo o los centros culturales. La ley además, distinguía entre zonas en las que está totalmente prohibido fumar, y espacios en los que se puede fumar si se habilita una sala especial de fumadores.
En nuestro medio,  la nicotina se fuma principalmente en forma de cigarrillos aunque, en menor medida, también es fumada en forma de puros y en pipa.
La conducta de fumar puede ser útil como un marcador de algunos trastornos psiquiátricos. De ahí que la identificación de este tipo de pacientes puede ser de gran ayuda, ya que permite implantar estrategias preventivas o de choque para este tipo de problemáticas. La alta prevalencia entre los pacientes psiquiátricos es significativa para los clínicos por dos razones fundamentales:
1.             Los síntomas del síndrome de abstinencia de la nicotina pueden imitar, disfrazar o agravar los síntomas de otros trastornos psiquiátricos, porque pueden causar, entre otros, ansiedad, insomnio, aumento del apetito, dificultad de la concentración, inquietud, dolor de cabeza etc.
2.                  Influye sobre los efectos secundarios de otras medicaciones ya que fumar disminuye los niveles de la clozapina (Neuroléptico o antipsicótico creado a finales de 1950. Indicado especialmente para las esquizofrenias resistentes) y del haloperidol (Neuroléptico o antipsicótico convencional  más utilizado, que forma parte de las butirofenonas, y que se utiliza para las esquizofrenias, los estados psicóticos agudos, algunos estados de agitación psicomotriz, estados maníacos, trastorno de pánico, tartamudez, ansiedad) y también disminuye los efectos sedativos de las benzodiacepinas (Tranquilizantes menores que se usan, entre otros, para terapia de la ansiedad, insomnio y otros estados afectivos, así como en las epilepsias, abstinencias alcohólicas y espasmos musculares).
En las últimas décadas han proliferado las investigaciones centradas en el estudio de la relación existente entre fumar y otras patologías como depresión, ansiedad, alcoholismo y esquizofrenia, y aunque los resultados no son concluyentes lo que sí parece tener relación es el hecho de que fumar y padecer a la vez cualquier otra de estas enfermedades  (comorbilidad [2]) :
Ø Provoca una mayor dificultad de estas personas para dejar de fumar, y si lo consiguen, una mayor vulnerabilidad a la recaída.
Ø La adicción a la nicotina puede ser un factor de riesgo de la psicopatología.
Ø Los trastornos psiquiátricos pueden llevar a iniciar el consumo de cigarrillos.
Ø Algunos trastornos psiquiátricos pueden emerger cuando el sujeto deja de fumar.

                    Fumar y trastornos del estado de ánimo
La clase de patología más conocida y mejor documentada asociada con fumar es la depresión.
Existe evidencia de la fuerte asociación entre depresión mayor, la sintomatología depresiva y fumar cigarrillos, encontrándose que los fumadores que tienen alguno de estos trastornos experimentan:
Ø     una sintomatología de abstinencia más severa,
Ø     es menos probable que dejen de fumar,
Ø     tienen más probabilidad de recaída.
Por otra parte no hemos de perder de vista el hecho de que aunque la relación entre la depresión y el consumo de tabaco se ha estudiado ampliamente en adultos, no ha sido tan así en adolescentes. Sin embargo algunos hallazgos[3] encontrados indican la prevalencia[4] del consumo de cigarrillos, la prevalencia de la depresión y la relación entre la depresión y el consumo de cigarrillos en la adolescencia. Los estudios revisados sugieren un elevado grado de comorbilidad entre depresión y fumar cigarrillos en la adolescencia.
Estos hallazgos deben poner sobre aviso a los clínicos y otros profesionales de la salud de la mayor probabilidad existente entre la depresión en los adolescentes fumadores y viceversa, lo cual implica tener muy en cuenta a los jóvenes adolescentes con depresión a la hora de elaborar los programas  de prevención en el hábito de fumar y programas para  dejar de fumar.

Fumar y ansiedad
La prevalencia de fumar entre las personas que padecen algún trastorno de ansiedad oscila entre el 40% y el 50%.
Los estudios realizados en España no han hallado relación entre fumar y ansiedad.
Aunque existe algún tipo de relación entre fumar y trastornos de ansiedad esto no parece influir en la capacidad del paciente para dejar de fumar, como ocurre con el grupo de las personas con depresión.
Muchos fumadores perciben que fumar cigarrillos les produce una sensación de calma y disminuye su estrés, por lo que en situaciones ansiosas incrementan su consumo de tabaco. Sin embargo, algunos estudios reflejan que la ansiedad se reduce al dejar de fumar por lo que se ha sugerido que fumar sería crónicamente ansiogénico más que ansiolítico: Ver este estudio

                     Fumar, consumo de alcohol y alcoholismos
El uso combinado de tabaco y alcohol presenta un riesgo incrementado para la salud, dados los efectos sinérgicos de estas sustancias. La dependencia del alcohol se ha asociado con:
Ø     un consumo elevado de cigarrillos,
Ø     fracaso en los tratamientos para dejar de fumar y
Ø     recaídas
Los Alcohólicos representan un importante grupo para las intervenciones para dejar de fumar.
Dejar de fumar también parece que está asociado con la abstinencia a largo plazo del alcohol; dejar de fumar no afecta de modo negativo a aquellos sujetos que están abstinentes del alcohol u otras drogas à dejar de beber aumenta la probabilidad de dejar de fumar.

         Fumar y esquizofrenia
El consumo de cigarrillos también es muy importante entre las personas que padecen esquizofrenia.
Hay muchos factores que pueden contribuir a que las tasas de fumar en los sujetos esquizofrénicos sean elevadas, incluyendo el potencial efecto positivo de la nicotina sobre el sistema de neurotransmisión que está implicado en la esquizofrenia: Ver este estudio 




[1] Ley española 28/2005, de 26 de diciembre, que entró en vigor el 1 de enero del 2006, aunque algunos aspectos de la ley no entraron en vigor hasta septiembre de 2006 y enero de 2007
[2] Término médico acuñado por AR Fenstein en 1970 y que se refiere a dos conceptos:
·         La presencia de uno o más trastornos (o enfermedades) además de la enfermedad o trastorno primario.
·         El efecto de estos trastornos o enfermedades adicionales.
[3] Del artículo “La relación entre fumar y depresión en la adolescencia: Implicaciones clínicas y preventivas” (Becoña, E; Vázquez, FL.)
[4] Proporción de individuos de un grupo o una población que presentan una característica o evento determinado en un momento o en un periodo determinado.

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