LÍNEA PSICODINÁMICA LXVII. EL CONFLICTO. PSICOANÁLISIS. CONCEPTOS BÁSICOS.
EL CONFLICTO.
PSICOANÁLISIS. CONCEPTOS BÁSICOS.
Por Beatriz Santos Dieguez.
La pulsión (concepto psicoanalítico para llamar a los estímulos internos) se satisface siempre parcialmente (Freud)
El estatuto del conflicto en Freud varía (como otros
conceptos) a lo largo de su obra.
Ninguna de las propuestas
posteriores a Freud sobre el Conflicto sustituye a las
anteriores sino que son un ladrillo más
en el gran edificio del psicoanálisis,
el mismo que sigue en construcción, y aunque hay teorías que son más
cuestionadas que otras, podemos llamar o denominar psicoanálisis a aquellas
escuelas que toman como punto de partida el trípode básico: 1.-La sexualidad infantil, 2.- el inconsciente, y 3.- el análisis de la transferencia.
En el comienzo del psicoanálisis, las
fuerzas rectoras del conflicto eran, por un lado, las emociones sexuales infantiles que intentan salir a la
conciencia y, por otro, la necesidad de
autoconservación de la persona.
El descubrimiento y la sistematización del Inconsciente tienen un
lugar privilegiado en la obra del creador del psicoanálisis, Sigmund Freud, que fue capaz de vislumbrar los
estratos más profundos de la mente humana y de desarrollar un método para
explorarlo mediante su Metapsicologia.
A finales del siglo XX, la histeria, era una enfermedad, que se
caracterizaba, entre otras cosas, por la
pérdida repentina de funciones corporales, como la pérdida de visión, o la del
uso de los miembros superiores (brazos) o inferiores (piernas). Al no existir
una causa orgánica aparente que diera cuenta de tan extraña sintomatología,
mantenía en jaque a los médicos más importantes de la época, como Charcot, Bernheim y Breuer, que aunque
posibilitaron avances importantes en la comprensión de esta patología, fue un
alumno de ellos (Sigmund Freud) quien
dio el paso definitivo al adjudicarle a la
histeria una etiología[1]
relacionada con un conflicto sexual
inconsciente.
La sexualidad infantil da como resultados los conflictos que todos conocemos, (derivados de los celos, el deseo de exclusividad, de una posición de privilegio, la rivalidad con nuestros conocidos, etc.), convirtiéndose en el eje rector de la personalidad adulta.
Aunque las aportaciones de Freud a la Teoría del Conflicto inconsciente fueron muchas, hemos de tener en cuenta que dicha disciplina comienza con él y que aún manteniendo la idea principal del cuerpo freudiano, el psicoanálisis se ha ido enriqueciendo con otras propuestas de autores y escuelas posteriores.
Es el caso de Heinz Hartmann, propulsor de la “Psicología del Yo” que mediante el estudio de las funciones del Yo y de cómo la persona se adapta al entorno, creó tanto una psicología general como un instrumento clínico con el que el analista pudiera evaluar el funcionamiento de la persona y formular intervenciones terapéuticas.
Melanie
Klein, una de las psicoanalistas más importantes hasta nuestros días, partió
de las ideas freudianas de pulsión de
vida y pulsión de muerte. El niño, desde que nace, tiene sentimientos tanto
de gratificación como de hostilidad
(debidos a la pulsión de muerte), en primer lugar hacia la madre.
Melanie
Klein consideraba que desde el inicio de la vida se genera
ese conflicto o dualidad de amor-odio
en la mente del pequeño: la madre
queda automáticamente dividida en dos: una
completamente buena, que todo lo da, y que el niño ama, y otra completamente mala, que todo lo
quita, y que el bebé odia y quiere destruir.
Melanie
Klein reactualiza el conflicto
de ambivalencia mencionado por Freud, prestando especial importancia al
conflicto entre la gratitud (sentimiento que promueve el crecimiento mental y profesional) y la envidia (deseo de destruir todo lo
bueno justamente porque es bondadoso y uno no lo tiene).
El conflicto queda definido así por estos dos deseos de conservar o aniquilar al objeto, y por las ansiedades generadas por estos sentimientos tan opuestos e intensos que coexisten en la mente de todos.
Lacan concibe al
inconsciente como un lenguaje regido
por ciertas leyes como la metáfora y la
metonimia. Construye toda su teoría
partiendo de las ideas freudianas, de
la lingüística de Saussure y la antropología de Levi-Strauss.
En la Escuela Lacaniana, el Conflicto principal por el cual debe pasar
toda persona, es el de la constitución
de su subjetividad.
Al
nacer, el infante tiene una representación fragmentada de su cuerpo.
Es la mirada de la madre la que
posibilita la primera concepción unificada de su propia persona, estableciendo
así una etapa primordial en todo individuo, conocida como el “estadio del espejo”:
La mirada del otro produce mi identidad por reflejo
“A
través del otro sé quién soy, y en ese
juego narcisista me construyo desde fuera”
La
mirada del otro debe ser entendida aquí como una metáfora que nos habla de la constitución de la subjetividad a
partir de lo que otros desean de nosotros. Por ejemplo, una persona que
proviene de una familia que se ha dedicado enteramente al derecho (abogados,
jueces, magistrados[2]….),
carga con el peso inconsciente de
pertenecer a esa rama como todos los demás, a la vez que tiene la decisión, también inconsciente, de cumplir
ese deseo, de reflejar esa mirada, o de forjar una subjetividad propia y
distinta, que le permita dedicarse a otra profesión.
El Estadio del Espejo es solo el comienzo del conflicto de la formación
subjetiva. El sujeto tiene como tarea quedar inmerso en el mundo de la
palabra, de lo simbólico, atravesando
por el complejo de Edipo.
La
teoría lacaniana dio lugar a otras teorías ricas tanto
clínica, como conceptualmente, que abordaremos, tal vez, en otro momento.
El Conflicto en el Psicoanálisis
se considera como algo constitutivo del ser humano en el que
el deseo y la defensa correspondiente
se contraponen. A su vez, el conflicto
es el que va a dar lugar a las diferentes estructuras clínicas (neurosis, psicosis y perversiones)
porque sus manifestaciones (es decir, la constitución de la personalidad) son el resultado del Conflicto (de cómo este se afronta).
Conclusión:
El Conflicto
(para el psicoanálisis) es el choque de fuerzas opuestas que se
dan en los lugares más hondos de la mente.
[1] [1] Etiología en filosofía
es el estudio sobre las causas de las
cosas. En medicina, es el estudio de
las causas de las enfermedades.
[2] Magistrado: juez que forma parte de un órgano
colegiado o tribunal.
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