MISCELÁNEO CXLV. LOS INTRÍNGULIS DE LA PERSONALIDAD

 LOS INTRÍNGULIS DE LA PERSONALIDAD

Por Beatriz Santos Dieguez

Cuando hablamos de intríngulis, nos referimos a la dificultad o complicación de algo.

Aunque también nos referimos a intríngulis cuando hablamos de la intención solapada o razón oculta que se entrevé o supone en una persona o una acción.

Siendo la acepción primera,  la que nos va a facilitar la comprensión de la dificultad de definir la Personalidad, voy a remitirme, en este post, a ella.

La Personalidad es producto de un proceso de vida. Surge y se desarrolla desde unos hechos y unas circunstancias, que se unen al temperamento o predisposición que la persona inicialmente tiene.

 La Personalidad es multifactorial, es decir, depende de algo más que un solo factor.

El concepto Personalidad proviene del término “persona”.

El término persona, se utilizaba en el latín clásico para referirse a las máscaras que llevaban los actores en la antigüedad. Con el tiempo, dicho término fue transfiriéndose a otras esferas de la sociedad más allá del teatro, considerándose, en la Roma Antigua, como personas a los ciudadanos provistos de derechos, lo cual quedaba restringido solo a una parte de la ciudadanía: los  ciudadanos poderosos, que eran los únicos poseedores de derechos ciudadanos.

El concepto de persona que, con alguna modificación, ha pasado a nuestros días, es aquel que  el cristianismo le imprimió. Personalidades como Boecio o Santo Tomás de Aquino contribuyeron a que el concepto Persona fuese utilizado para referirse a:

“Todo individuo de naturaleza humana, independientemente de sus circunstancias biográficas, genéticas, sociales o económicas”.

Con el transcurso de los siglos, el concepto persona se fue  desarrollando conceptualmente, lo que permitió la transformación del mismo,  hasta  convertirse en sinónimo de “ser humano”.

En el contexto de este desarrollo conceptual, la aparición del adjetivo personal facilitó el desarrollo del sustantivo Personalidad. Y aunque es importante no confundir el concepto persona (individuo en su totalidad) con el de Personalidad (un aspecto de la persona que implica un conjunto organizado de sus disposiciones), se comenzó a referirse y designar  a la Personalidad  como:

“La totalidad de las características personales (que interactúan dinámicamente entre sí para producir un estilo relativamente estable de desenvolverse individual y socialmente) que un individuo posee”.

Este es un blog de Psicología, por lo que al referirme a la Personalidad, lo hago desde el Constructo (pinchando en este enlace, puede resultar  interesante bucear en el concepto Constructo). Desde ahí podemos decir que la Personalidad es:

“Un comportamiento que engloba actitudes, pensamientos, sentimientos y  temperamento conductual que caracteriza a una persona,  el cual mantiene una cierta persistencia y estabilidad a lo largo de la vida, lo cual facilita que ese comportamiento particular que posee una persona determinada y le diferencia de otra, posee algún grado de predictibilidad”

Siendo la  Personalidad  un concepto básico dentro de la Psicología, que a lo largo de la historia ha recibido algunas conceptualizaciones y numerosas definiciones, puede servirnos de ayuda  revisar el tratamiento que de ella hacen algunas de estas teorías.

Como he estado alejada durante  dos meses de este blog, por motivos personales, comenzar a exponer las diferentes teorías que abordan la personalidad puede resultar farragoso y alejarnos de la intención que intento transmitir cuando traigo el termino, concepto o constructo de Personalidad a  colación, que no es otro que el de poder expresar lo más clara y fácilmente un término muy utilizado y, a veces, confundido cuando hablamos de él a la vez que diferenciarlo de  que puede constituir una posible patología.

Termino con tres sencillas definiciones de Personalidad.

-Diferencia individual que constituye a cada persona y la distingue de otra.

-Conjunto de características,  cualidades o habilidades originales que destacan en cierta persona.

-Forma de pensar, sentir y comportarse que tiene una persona y que es relativamente estable en el tiempo, permitiéndonos predecir las acciones de una persona ante ciertas circunstancias.