MISCELÁNEO CII. PATOLOGIA DE LAS COMUNICACIONES. MANIPULAR Y DESINFORMAR.
PATOLOGIA DE LAS COMUNICACIONES:MANIPULAR Y DESINFORMAR
Por Beatriz Santos Dieguez.
Todos ( o casi todos, o aquellos que quieran estarlo) estamos al tanto: “nada nuevo bajo el sol"
Cada
vez es más necesario dejar claros los mensajes, porque la confusión en que
vivimos viene justo de la sobreinformación que nos llega (y consumimos) y de la
ambigüedad que la transporta.
Escuchamos y vemos (exige menos esfuerzos), y leemos poco, porque asimismo la escritura también, en ocasiones, está muy adulterada y se entiende mal.
La RAE
(Real Academia Española) proporciona dos acepciones o significados al adjetivo patológico a): 1) Perteneciente o
relativo a la patología, y 2) Que denota enfermedad o que la implica.
Para
encontrar una definición del término “Patología”
hemos de irnos al OxfordLanguages
que nos la define como “Parte de la medicina que estudia los trastornos
anatómicos y fisiológicos de los tejidos y los órganos enfermos, así como los
síntomas y signos a través de los cuales se manifiestan las enfermedades y las
causas que las producen”.
En
otra de sus acepciones[1],
el OxfordLanguages define patología
como “Enfermedad física o mental que
padece una persona”.
Una
vez entrados en materia, podemos preguntarnos ¿como es posible implicar a la
comunicación dentro de algo tan propiamente humano? Justamente por eso, porque la comunicación es un fenómeno propiamente
humano del que nos valemos, en ocasiones, para superar muchas patologias, pero en
otras nos aboca a ellas.
Y
para ello, el ser conscientes de las variables que influyen en dicha patología
es fundamental.
Las comunicaciones
en nuestras sociedades occidentales, y en la nuestra particular, está sufriendo
una tremenda patología cuyos síntomas o variables intervinientes fundamentales
son la manipulación y la desinformación.
Volvemos a la RAE (adentrándonos en el proceso de la comunicación):
Manipular es intervenir con medios hábiles y, en ocasiones arteros, en la política, en el mercado, en la información, etc., con distorsión de la verdad o la justicia y al servicio de intereses particulares.
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Una
vez pasado por el tamiz o filtro de nuestra lengua estos dos conceptos (Manipular y Desinformar), vamos a
tratar de dejar una visión panorámica de lo que algunos de los investigadores
de la comunicación van dejando en este campo.
Mazo del Castillo, consultor e investigador en comunicaciones, realiza una descripción de las comunicaciones poco halagüeña, al considerar que en el proceso de las mismas se seleccionan mensajes y sus contenidos, ocultándose otros que no interesa difundir. Dicho investigador sospecha que existe un control totalitario del mensaje por parte de los medios y otras instituciones vinculadas al poder, que manipulan a través de engaños y creación artificial de impulsos hacia comportamientos no deseados de forma consciente por el receptor (quien recibe el mensaje).
Para
Mazo del Castillo Manipular
es un proceso en las comunicaciones, que consiste en la selección de los mensajes que se han de publicar así como su
contenido, y la ocultación de otros que no interesa difundir. Para él, la Manipulación queda enmarcada en la falta de ética corporativa y periodística.
Guy Durandin,
Profesor del Instituto Francés de Prensa y de las Ciencias de la información,
adscrito a la Universidad de París II, se ha convertido en una referencia en
Europa por sus trabajos en materia de Desinformación
y propaganda política.
Trata
a fondo el tema de la Mentira, que
parecía olvidado en los estudios sobre publicidad y propaganda. En sus estudios
dice que la mentira es una
manipulación de los signos (no de las fuerzas) que pretende siempre situar al destinatario en inferioridad con respecto a
quién miente. “La ventaja de la
mentira, dice, en relación con el ataque directo, está en que, por
hipótesis, el interlocutor no sabe que
se le está atacando.
Hay varios elementos que permiten (nos lleva irremediablemente a..) la asociación de la Desinformación con la Mentira y su relación con la realidad. Bien puede haber una intención clara de engañar, y/o ser una actividad totalmente organizada para los destinatarios a quienes va dirigida: según su grado de información, su nivel cultural y su papel social, sus creencias, así como sus características personales.
En
su libro “La mentira en la propaganda
Política y en la Publicidad”, Guy
Durandin expresa que este asunto adquiere actualmente relevancia porque la organización de la publicidad y la
propaganda en nuestros tiempos se halla en manos de profesionales, y cuando
estos recurren a la mentira vuelcan
en ello toda su competencia.
Comienza
a utilizar el término Desinformación
(totalmente metarfoseado en la mentira) en 1995. Para ello se basa en el
término Dezinformatsia que aparece
en Rusia en los años 20 del siglo XX para referirse a las campañas de
intoxicación que lanzaban los países capitalistas contra la URSS. Dicho
término, aparee en un diccionario en 1949 y significaba la acción de inducir error mediante el uso de informaciones falsas.
Guy Durandin
habla de Técnicas de Desinformación.
Siendo los canales principales el
lenguaje, la imagen y las acciones.
Mediante el lenguaje
las técnicas más utilizadas son la demonización, la simplificación conceptual,
el uso de eufemismos y la utilización de adjetivos disuasivos y realidades inventadas, entre otras.
La imagen,
permite la selección de planos, el tratamiento digital y la creación de pseudoacontecimientos
mediante los cuales el receptor es engañado subrepticiamente.
Entre
las acciones más usuales estarían utilizar
la última palabra de una frase, o una frase determinada en las declaraciones,
también la mención de estadísticas falsas, encuestas en la calle o el uso de
sondeos manipulados, así como la intoxicación informativa.
En
su artículo “Ética de los medios de
comunicación” Elvira García de Torre
y Yanick Farmer hacen un análisis de los medios de comunicación en el que
ponen de manifiesto la gran necesidad
que hay de reconstruir la maltrecha confianza de la audiencia, poniendo de
manifiesto los retos necesarios para que esta (la confianza) se recupere, entre
los que los instrumentos de
autorregulación, las nuevas tecnologías y los valores ocupan un papel
fundamental.
Dentro
de las comunicaciones, un concepto a
tener en cuenta, de máxima importancia es el de Rumor, porque este forma parte del proceso de las mismas,
sufriendo, a medida que circula, una transformación, que en muchas ocasiones puede
parecerse al que sufre la Desinformación y la Manipulación.
Existe
una Infopolución Informativa (de la
que habla Galdón en 2006) debido a
que el periodismo llamado de la
objetividad (caracterizado por una radical subjetividad) ha creado en el receptor (destinatario) una ilusión de conocimiento. En realidad, Galdón considera que
vivimos en una sociedad acrítica,
prejuiciada y desmemoriada. Lo cual favorece claramente la manipulación. A su vez, esto es factible porque el proceso informativo (cuyo criterio
es obviar la verdad) se ha convertido en
un objeto de consumo.
Es
decir, predomina un criterio
utilitarista y consumista de la
comunicación frente al de la razón y la verdad.
[1] Sentido con que se puede tomar una palabra o expresión y que, una vez aceptado y reconocidos por el uso, se expresa en los diccionarios a través de la definición.
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