Línea Vida Sana IV: Ácido láctico
HAZ EJERCICIO Y REGULARÁS
TU ÁCIDO LÁCTICO
LÍNEA VIDA SANA IV
VERANO 2014
Por Beatriz Santos Dieguez
El movimiento
es indispensable para que el cuerpo se sienta bien; nuestro organismo está
diseñado para estar en movimiento y cuando no nos movemos durante un tiempo,
sentimos que nos atrofiamos.
Diversos
estudios han demostrado que treinta minutos de ejercicio aeróbico, cinco veces
a la semana, son suficientes.
Puedes elegir
apuntarte a un gimnasio, pero también el
simple hecho de caminar o bailar es una buena forma de ejercitarte. Lo
que es importante es que elijas lo que elijas, sea algo que realmente te
agrade, es decir, el tipo de ejercicio que practiques es lo de menos, lo de
más es que te sientas a gusto practicándolo y que, aunque es una decisión
siempre saludable, es conveniente tomar ciertas medidas o precauciones
a la hora de practicar algún deporte.
-Es
conveniente mantener una dieta rica en frutas y verduras.
-Realizar el
ejercicio en las horas de menos calor.
- Tanto si estamos
en verano, como ahora ocurre en la zona
del Hemisferio Norte, como si es invierno (esto va para mis lectores del
Hemisferio Sur) utilizar protección solar alta, sin olvidarte
de proteger los labios, cuando realicemos el ejercicio al aire libre.
-Ingerir
líquidos en abundancia y, sobre todo, no realizar deportes ante la
mínima sospecha de lesión.
Estas son
algunas de las recomendaciones básicas, pero también lo es que si
llevas mucho tiempo inactivo/a, te sometas a un chequeo médico previo que
determine tu estado muscular,
cardiorrespiratorio y óseo.
Aunque algunos
ejercicios (como es el caso del Tai-chi, el yoga y casi todas las técnicas
orientales) llevan implícito en su práctica el calentamiento no siempre
es así en la mayoría, por lo que el realizar ejercicios de calentamiento y
estiramiento tanto antes como después de la práctica nos ayudará a
evitar las agujetas y dolores o lesiones musculares.
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Ejercicios de calentamiento y estiramiento |
El simple
hecho de caminar (como he
indicado más arriba) ya es un buen ejercicio, que nos permite poner en marcha
algunas partes de nuestro cuerpo, pero hemos de tener en cuenta que solo
estaremos calentando los miembros inferiores y que también necesitamos
calentar los músculos del tronco y las extremidades superiores, y tampoco
podemos olvidarnos de calentar la zona abdominal con rotaciones de cadera.
Si elegimos
realizar ejercicios como el tenis o el bádminton, en los cuales solo utilizamos un brazo, es
conveniente realizar movimientos de compensación con el
otro brazo.
Evitemos
enfriamientos bruscos mientras realizamos el ejercicio y despues.
Cuando el
ejercicio físico vaya terminando es deseable hacerlo de forma paulatina,
caminando (enfriamiento). De esta manera conseguimos que nuestro organismo
absorba el ácido láctico acumulado durante el mismo.
El ácido
láctico es una sustancia resultante del azúcar, responsable,
en gran parte, de que en una sesión de ejercicio empecemos a acumular fatiga y
acabemos por retirarnos.
El ácido
láctico proviene de la descomposición de glucosa cuando
no hay presente oxigeno, es decir, en un ejercicio anaeróbico,
como es el levantar pesas o correr a velocidad elevadas, donde hay mucha intensidad y poca
duración.
En condiciones normales y cuando estamos entrenados, el ácido
láctico se reutiliza y no hay mayor problema. Pero cuando seguimos con
intensidad un ejercicio, el ácido láctico comienza a
acumularse y al organismo no le da tiempo a retirarlo. Esto provoca la acidificación de fibras musculares,
teniendo dos consecuencias importantes:
·
Se inhiben las enzimas encargadas de
romper moléculas de glucosa para obtener energía, o sea, nos corta el
ritmo energético de esta vía, como consecuencia, nos quedamos sin energía y por tanto sin
movimiento.
·
Se impide que el calcio se una a las fibras
musculares y consecuentemente aparece una contracción.
Por tanto, cuando hay mucho ácido láctico en el
cuerpo no tenemos ni energía ni capacidad para contraer los músculos,
ello nos produce fatiga y para combatirla lo recomendado y lo único que podemos hacer es
parar el ejercicio o la actividad que estamos realizando.
La única forma de
evitar el ácido láctico es con entrenamiento.
A base de entrenar, el organismo despliega mecanismos adaptativos que hace que
el ácido láctico no se acumule tan rápidamente y si comienza a hacerlo, el
músculo lo soporta de forma más efectiva.
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Composición de la nariz |
Es importante,
como ya veníamos anunciando en nuestro anterior post (aunque allí era a la
respiración en general), que respiremos solo por la nariz y
no hacerlo por la boca. Inspirando el aire por la nariz conseguimos filtrar el
aire que respiramos y calentarlo.
Estamos tan
acostumbrados a nuestra forma de vida sedentaria, que pequeños cambios como
dejar de utilizar el ascensor y subir las escaleras o levantarnos de donde
estamos sentados/as, para cambiar de canal
en la televisión (en lugar de utilizar el mando a distancia) pueden
empezar a marcar la diferencia.
Vamos a
comenzar esta semana a marcar la diferencia haciendo un
ejercicio suave, el que nos agrade, pero siendo constantes en su práctica.
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